Bien, supongo que la academia no fue tan mala, a los quince años ya había aprendido a estacar a un strigoi, pero todavía no entendía esos asuntos de la corte, solamente intentaba recordar algo que pudieran utilizar para encontrar a los demás dragomirs, si es que había. Después de mi estadía en la corte siendo tan pequeña, y de haber presenciado la muerte de mi madre y mi padrastro, me sentía morir, pero había rechazado cambiar mi nombre... no importaba que fuera un nombre que se me dio por protegerme de esto, pero quería conservarlo, eso sería lo único que conservaría de mi vida pasada.
La reina había puesto a mi disposición un fondo bancario, para que no me faltase nada. Yo, era simplemente feliz en la medida de lo posible; me esforzaba en clase, era admirada por los chicos, etc. Pero una cosa no se me quitaba de la mente ¿cuando la reina me pediría la elección? y... también dudaba seriamente, puesto que no conocía la otra opción como lo había conocido el ser guardiana. Nunca me mostraron otra cosa que no quisieran que conociera... eso me deprimía bastante...
Todos los días me despertaba en mi habitación, me duchaba, me vestía, y me arreglaba. pero cuando salía del conjunto de dormitorios, en el cielo sólo veía los últimos rayos de luz. El mundo moroi funcionaba al revés que el humano, la luz no los mataba pero si les molestaba y causaba serias quemaduras por poco tiempo de exposición solar, así que vivían en un horario nocturno; dormían durante el día y hacían todo por la noche. El cambio para mi era molesto... toda mi vida, antes de la academia había sido completamente normal, y ahora era hija ilegitima de un miembro real importante por el solo hecho de pertenecer a los Dragomir, una familia donde sólo quedaba la reina, su hermana y (sin relevancia política) yo, una dhampir, pero no era como la mayoría de los que he conocido en estos años, ellos eran hijos de dhampirs y moroi, y era una extrañeza porque yo era hija de una humana, y criada entre humanos había muchas cosas que no entendía de este mundo, pero comprendía las razones de la reina para encontrar miembros de su familia.
Pese a haber logrado ser reina tan jove, no gozaba del control absoluto de la corte. Había una especie de parlamento en la que el príncipe o princesa de la familia (miembro más viejo) formaban parte de un parlamento de doce. Ahora todas las sillas eran ocupadas por cada príncipe o princesa, incluyendo a Jillian, quien cuidaba los intereses de la reina.
En una nueva visita a la corte, estando a punto de cumplir los dieciséis años, Rose había ido por mí hasta la academia, y cuando la vi no lo pude creer, nos abrazamos y ella estaba llena de emoción
-¡Raisa! -me abrazó, y vi a Dimitri detrás de ella. con cara seria -tienes que ir a la corte...-se puso ella seria- bien sabrás que, al acercarse tu cumpleaños deberás hacer tu elección, si decides ser una guardiana, serás de las mejores.... pero no obstante es obvio que necesitas conocer tu otra opción, no me agrada para nada, pero.... es necesario para que sea válida tu elección.
-bueno, no tengo nada en contra, pero perderé clases -dije preocupada....
-no te preocupes, solo será una semana!
De regreso a la corte, después de cinco años, me preguntaba cómo sería todo, si la reina seguiría igual y cuantos hijos tendría.
-bien, la reina quiere verte con ese motivo, ella respetará tu decisión, porque para ti solo hay dos opciones, la tercera... -dijo vacilando y mirando de reojo a su novio- no es una opción válida para ti....
-En la corte es despreciada -dijo él con un toque de dureza en la voz- por lo que por más que te agradara no la podrías llevar a cabo, es despreciada por que parece deshonrosa...
-yo... bueno, eso.... ya veremos no?
-Si -dijo animadamente ella
-bien, hay cambios en la corte? -los dos se miraron y se pusieron tensos
-pues... La reina dio a luz a otro heredero, una niña llamada Eveline, ella se parece por igual a Christian y a ella, mientras que Teo, quien ya tiene cuatro años, se parece mucho al difunto hermano de la reina, ella lo atesora mucho, y, por ahora no planea tener más hijos, no quiere descuidar sus deberes reales...
-ella... no piensa cuidarlos?
-no es que lo piense, pero ella no puede... ser reina tiene un gran precio que pagar, y éste es el sacrificio que debe hacer... "un rey debe dejarlo todo por el trono" -dijo solemnemente
-como sea... hay razones por qué preocuparse ahora mismo?
-bueno.... no lo sé realmente....
-Ivashkov pretende a la princesa Dragomir -terció Dimitri torciendo el gesto...
-El señor alcohólico? -pregunté confundida
-El mismo... -Rose le acalló con la mirada.
-El problema es que no sabemos si es en contra de la familia real, o de nosotros.... -dijo Dimitri
En esos instantes había intentado recordar... <<Ivashkov>> había sido el sobrino preferido de la reina anterior (Tatiana Ivashkov), y era un inusual usuario espíritu, y algo me decía, por cómo actuaban estos guardianes que las cosas no habían quedado nada bien... -por qué sería así? -aventuré
-no tengo por qué contestar eso... -dijo tensa, durante nuestra conversación nos habíamos trasladado de la academia St. Vládimir al aeropuerto, y de ahí subimos en un jet privado... y cuando el tema se dio por sanjado quedaba aún casi una hora de vuelo. así que me dediqué a pensar por qué las cosas estaban como estaban.
Al llegar a la esplendorosa corte, fui recibida casi de inmediato por la reina y la princesa. El viaje no había sido cansado, eran solo un par de horas, y la mayor parte del trayecto la pasamos charlando. Ella me recibió con esa acostumbrada familiaridad, pese a sólo habernos visto un par de veces, fue amable y esta vez hablamos por casi dos horas cuando fue directo al punto.
-Raisa, me encanta hablar contigo, pero disponemos de un tiempo limitado. En un par de meses cumples 16, quizás aún seas muy chica para elegir, pero tienes que hacerlo cuanto antes, hay asuntos que permanecen igual durante años y no podemos dejar pasar más tiempo.
-Lissa -me había pedido que la llamara así en privado- Yo... bueno, hay algo que me preocupa. Me has dado dos de tres opciones, no me opongo porque se me ha dicho que la descartada es... despreciada, pero me gustaría conocer la otra opción abierta... quizás me guste más, no lo sé pero no me quiero arrepentir.
La reina se puso tensa por un instante y noté como sus facciones se contrariaban, y se lo pensó unos instantes. -Bien, -dijo al fin- seré paciente contigo, pero la tercera opción no simplemente está descartada, sino prohibida. Una cosa es que seas una dhampir, pero es bien conocido que eres parte de mi familia, así como Rose es hija de Abe Mazur, pero en la corte no gozas de privilegio alguno, sólo gozas de la atención de los enemigos, el primer desliz que tengas podría ser tu fin, y el principio del fin para mi.
No tenía que explicarlo, entendía perfectamente el que yo era solo una <<plebeya>> más, y podía entender que el que yo me hiciera guardiana, sería por el bien de los Dragomir, dar un sacrificio por simplemente ser quien era. Era parecido pero diferente de la situación de Rose; ella de niña conoció a la reina, y se hicieron amigas, cuando la familia real murió, ella ya había sido elegida por los Dragomirs como su guardiana, pero pasaron muchas cosas para que pudiera serlo, huyeron de la academia, fue una Shadow-kissed, mató strigois, conoció usuarios espíritu, fue perseguida por Dimitri cuando era strigoi, fue inculpada de asesinato por Tasha Ozera de haber matado a la reina Tatiana, y... aún ahora debía haber algo, un pequeño <<detalle>> pero por mas que pensara no podría encontrar algo que ahora les acechara...
Esa noche dormí en la corte, y se parecía demasiado a algún hotel de cinco estrellas, todo impecable y perfecto. Me bañé y me dormí enseguida. A la mañana (noche en el horario humano) me desperté, me vestí y me arreglé -esta vez había traído ropa conmigo- y estaba lista en menos de una hora, vino un guardián, quien siempre parecía estar serio, pero no por eso desaparecía la chispa de diversión que le causaba escucharme hablar, a buscarme, diciendo que Rose y Sydney me esperaban para llevarme con Los Vigilantes.
D:!!!!!