Soy Raisa Krieger, soy una Dhampir, pero no siempre fue así, hubo una época en la que no lo sabía y por lo tanto, era humana, o al menos eso creía... Yo había crecido en una familia normal, un padre, una madre y una hija (yo). Me parecía mucho a mi madre, solo que yo no soy tan rubia como ella... mi rubio es un rubio dorado dandole color y brillo a mis rizos. mis ojos son verde-azules y mi piel, ligeramente bronceada. ¿por qué no ser una humana normal? Bien, lo tenía todo, familia, amigos, un aspecto envidiable. Pero no hay mucho que una niña de diez años pueda pedir teniendo todo eso, sino esperar crecer siendo hermosa... salvo que no tendría a alguien que estuviera ahí para verlo.
Quedé huérfana a los diez años, cuando menos me lo esperé mi vida cambió completamente; yo ya no era yo, mi padre no era mi padre, y mi verdadero padre era un sinvergüenza que ni sabía de mi existencia.
Ésa noche, unos intrusos estaban en casa. Yo estaba escondida en el ático, jugando a acampar en un lugar misterioso. No hacía algo que delatara que estuviera ahí, pero la sentí cerca. Aún recuerdo perfectamente los ruidos que los intrusos hicieron... primero fueron imperceptibles ruidos, pero un ligero tintineo que pudo haber venido de cualquier objeto les delató, al igual que las flojas y viejas maderas de la escalera, crujiendo bajo el peso de al menos dos personas, y, por último los desgarradores y fugaces gritos de mis padres al ser asesinados. No es un recuerdo muy bonito, pero sé que a papá le mataron antes que a mamá porque los gritos de ella tardaron un poco más en ahogarse. y los de ella me desgarraron más, puesto que no fueron tan esporádicos como los de papá, pero en cambio lograron arrancarme lágrimas que silenciosas recorrían mis mejillas, no hablaba ni emití ningún sonido más que el de mi pastosa respiración.
Y todo se detuvo en cuanto me di cuenta que ellos me buscaban para matarme también. Bien... no entré en pánico tan rápido: estaba en shock por las muertes, pero en esos instantes algo casi milagroso ocurrió; dos personas más irrumpieron en mi hogar, podía notar su presencia más que de los primeros, y justo cuando sentí que los primeros intrusos se dieron cuenta de mi ubicación, BAM!!! una pelea muda se desató. duró cerca de diez minutos en lo que todo quedó en silencio.
La angustia me envolvía, el shock y la incredulidad me invadieron y todo lo veía ajeno a mí, no, eso no me podía estar pasando, pero ciertamente lo estaba... cuando la pelea cesó no sentí amenaza, pues los triunfadores eran los que habían irrumpido después, presumo haber notado que no había claras intenciones por parte del segundo grupo en atacarme, así que me decidí a bajar del ático. y lo hize, pero me encontré con un cuerpo tirado, el de un señor, parecía muerto, pero de alguna manera no podía decir que estaba muerto, puesto que no lo parecía. Dí un grito escalofriante cuando comprobé que mi sospecha era real, él no estaba muerto, me había tomado del tobillo con un agarre tan férreo que me dolió demasiado... nunca había sentido un dolor tan intenso, pero no duró mucho, porque los intrusos que triunfaron sobre los primeros (más allá había un verdadero cadáver, cerca del baño), se apresuraron en mi rescate; uno lo sometió y la otra se aseguró de mi seguridad.
Quizá estuviera loca, pero este par parecía singular, no tuvieron que decirse nada, la situación en segundos la tenían controlada y yo fuera de peligro. Éstos intrusos me parecieron los buenos... me habían salvado, pero no habían hecho lo mismo por mis padres. La mujer joven, con cabellos y ojos oscuros se presentó primero, era hermosa... y se veía bien pese a llevar el cabello atado en una coleta. -Hey, ¿estás bien? -yo asentí tímidamente- yo soy Rose y éste es Dimitri...
Después de toda la juerga que se armó (suerte que no vivíamos en una ciudad, sino en una pequeña localidad) la amable señorita Rose me atendió el tobillo, inmovilizándolo y aplicándole hielo del frigorífico. El hombre -Dimitri- me dio una chocolatina, para calmar mis nervios y el shock. pero no eran los únicos; hacía una media hora había llegado una delgada y baja mujer rubia, a la que llamaban Sydney, y, por alguna razón ella se mantenía alejada de mí (más tarde comprendí que es porque ella era una alquimista y yo una dhampir). La mujer me recordaba a mi madre, por su cabello rubio recogido en el peinado apretado y luciendo esas ropas tan elegantes, lista para una cena de negocios de papá.
Después de toda la juerga que se armó (suerte que no vivíamos en una ciudad, sino en una pequeña localidad) la amable señorita Rose me atendió el tobillo, inmovilizándolo y aplicándole hielo del frigorífico. El hombre -Dimitri- me dio una chocolatina, para calmar mis nervios y el shock. pero no eran los únicos; hacía una media hora había llegado una delgada y baja mujer rubia, a la que llamaban Sydney, y, por alguna razón ella se mantenía alejada de mí (más tarde comprendí que es porque ella era una alquimista y yo una dhampir). La mujer me recordaba a mi madre, por su cabello rubio recogido en el peinado apretado y luciendo esas ropas tan elegantes, lista para una cena de negocios de papá.
Pero más visitas llegaron; el Sr. Mazur (un hombre alto, delgado y de aspecto medio-oriental), un hombre joven al que llamaban Eddie, y otro al que llamaban Christian. Todos ellos diferentes entre sí. Y algo de eso me ponía nerviosa, hablaban sobre unas personas llamadas los Dragomirs... y casi no lograba entenderlo. Uno de ellos me examinó la cara principalmente y yo agotada me quedé dormida en el sofá, algo me invitaba a bajar la guardia frente a estas personas, claro, por supuesto...
Desperté en una pulcra habitación... y Rose, mi rescatadora se había quedado dormida en el gran sofá, en cuanto notó un cambio en mi respiración, despegó los ojos con cautela y me observo, y yo la observé, su piel parecía tener un toque ligeramente dorado por el sol. Se desperezó y me dio los buenos días. yo le respondí levemente, y me dijo -venga, tienes que prepararte, iras ante la reina... -¿la reina?-No te preocupes -su expresión se suavizó - será gentil contigo, solo necesita saber algunas cosas de ti. -asentí, me llevó a desayunar donde alguien me entregó una mochila, la revisé y contenía un sencillo vestido parecido en estilo al de Sydney, la mujer rubia, y unos lindos zapatos, comí, me duché y vestí y me dirigieron con la reina¿quieren saber qué me dijo? xD
pues claro!! jajaja cómo preguntas!! XD actualiza!!!!
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