Bueno, pasó demasiado tiempo desde que no escribía nada. Y en estas dos semanas, que tuve que hacer un servicio laboral, mientras trabajaba (¡Qué cansado es trabajar de promotor en tiendas de supermercados!) pasando por la sección de las muñecas, o más bien pasillo, algunas muñecas se reían como bobas...
entonces pensé "¡Pobres muñecas, esperan a que alguien las lleve a casa!"
Luego recordé un apodo con el que unos amigos de mi hermano buscaban burlarse de mi por jamas ver la luz del día o cuando menos nunca dejarme ver. Después de una visita inesperada en la que me dije a mi misma "y yo en pijama.... -_-" pero luego recordé ese sobrenombre y de mi mente salio la primera frase "La Sombra, es así como me llamaron..." que en realidad es un recuerdo, pero pensé en las muñecas....
y así casi por arte de magia, mis dedos buscaron el pequeño teclado de mi computador y comenzaron a escribir, haciendo sólo unas cuantas correcciones en cuanto acabé... creo que me tardé casi nada..... pues la historia salía de mi mente y cada aspecto de ella tiene un porqué.
Si quieres leerla alguna vez... postea un comentario porque no la puedo subir.... y te la mandaré en formato PDF.
Este relato, del que estoy muy satisfecha, entrará a un concurso al que ya no tenía esperanzas de poder completar... (Todo por andarme metiendo en debates.... u_u) pero inesperadamente lo he logrado, una vez más me he sorprendido a mi misma :D
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Soy Leraie y tengo ninguna y mil historias que contarte. :)
En fanfic.es se me conoce como "mardel" :)
Pfff la ultina entrada fue un error, la tenía en edicion y como estaba en el ipod , sin darme cuenta se publico U_U'
Leraie es un nombre masculino, pero no obstante me gusta, un personaje femenino de un libro que me encanta se llamaba Lera, pero no me convenció del todo... así que decidí usar Leraie
En fanfic.es se me conoce como "mardel" :)
Pfff la ultina entrada fue un error, la tenía en edicion y como estaba en el ipod , sin darme cuenta se publico U_U'
13 oct 2011
19 jun 2011
Para quererte...
Quizá era una mañana como cualquier otra, pero no lo era. Ése día, era el Gran día, un día importante, pero no el más importante de mi vida.
La alarma sonó, desperté soñolienta y me metí a la ducha, porque para ser primavera, las temperaturas eran altas y las noches no eran menos calurosas.
Me había levantado temprano, pero no quería llegar temprano, así que tomé un libro, cual marca páginas estaba señalando los últimos capítulos... lo terminé de leer en cosa de nada, y me quedé con esa sensación de vacío que me invadía cada que acababa un libro o historia.
llegué casi media hora después de la hora indicada, pero es que nadie llegaba tan temprano, ¿O sí?
Ben estaba allí cuando mamá me dejó frente al teatro, mentiría si dijera que lo consideré mi mejor amigo, porque no éramos tan cercanos, pero confiaba en él.
Nada más llegar, me vi sorprendida por tanto movimiento en las bodegas y pasillos. No debí sorprenderme, después de todo era una puesta en escena. Ben hablaba emocionado de su personaje, ya que cantaría en vivo y bailaría.
-deberías haber elegido un papel para ti... -dijo lastimeramente.
- Estoy bien con eso, no me interesa actuar. - soné convencida.
-bien, entonces serás asistente - bromeó.
-sabes? creo que lo haré, nunca nombramos un asistente, pero viendo tanto movimiento será conveniente que alguien se encargue de los demás. - las palabras salieron de mi boca con un tono que hasta a mí misma me sorprendió
-bien, primera tarea, dale de comer a Sebastián. -Ben siempre me sacaba sonrisas, pero no una risa porque yo no solía reír mucho.
Entramos, y todo iba bien, en el transcurso de la mañana la pasamos armando, y colgando la escenografía, algunos se encargaban de los folletos, otros de los disfraces. Me sentía como una hormiga en su hormiguero; todos trabajadores y cooperadores.
Es como si el tiempo de ése día se me escapase de las manos, lo disfrutaba lo más que podía, pero como algún rico caramelo, se acabó cuando lo estaba saboreando, dejándome con un vestigio de su sabor y ganas de más. En este caso era la felicidad que me causaba el día. No quería que acabara, pero todo termina en algún momento, y lo único que podía hacer era disfrutarlo.
Las horas pasaron rápido, y de repente, con una brisa vino el rico y cálido olor de pizza, la tesorera, Mel, había mandado traer quince pizzas para toda la clase, y era una de las mejores de la ciudad.
Todos los que estábamos libres o terminando una tarea simple, fuimos a comer un pedazo o dos. Pero pronto tuve que dejar mi preciada rebanada, ya que me solicitaban como alma en desgracia.
A las tres de la tarde, una hora antes de la primera función, todos se preparaban ya, pero Kim, la protagonista, estaba en el camerino con cara de puchero y con la peluca pelirroja desenredada.
-hey Kim, ¿qué sucede?
- La peluca tiene el partido por en medio... no puedo salir así.
- y por eso la enredaste? -dije divertida. seguí al ver que no decía nada. -bien, si el partido lo tiene en medio, puedes girarla cuando te la pongas, así lo tendrás de lado. -se le iluminaron los ojos
-Gracias María -dijo emocionada, pero paró al mirar de nuevo la peluca. -pero está enredada.
-no te preocupes - le quité la peluca delicadamente, - tú vístete,
- sí, muchas gracias!
Vaya que la peluca estaba enredada. Pero no importó, en menos de quince minutos se veía como nueva, y Kim estaba con cara de frustración en el camerino de los chicos, donde estaba la maquillista, estaban pintando a las sirenas, y no pude evitar enfurecerme. Amablemente apremié a la maquillista explicándole que Kim salía primero que ellas, y que era más importante.
Cuando la estaban maquillando le hice una trenza francesa como pude, porque su cabello rubio era tan suave que hacía falta más que fuerza para mantenerlo en la trenza, y, en lo que terminábamos de preparar a Kim, ya estaba la gente entrando al teatro. apenas y terminamos a tiempo para la primera escena, pero Ben aún no estaba listo, así que apremiamos de nuevo a la maquillista, pero amablemente, pues podría haber dejado todo botado con la presión que tenía de pintar a veinte chicos.
Luego de acabar, puse mi botarga en un lugar de fácil acceso y me senté a esperar. Todo iba saliendo bien. Ricky se acercó cuando estaba suspirando. Ricky era el típico chico popular, pero a comparación de otras chicas, yo era el único bicho raro que no hacía fiesta cuando lo veía, me era realmente indiferente porque sabía que era solamente una mera fachada y no tenía que hacerle caso a algo que bien podría ser falso.
-Lo que hiciste por Kim fue... genial, lograste que estuviera lista cuando le dio un ataque de histeria. -sonreí - en serio... juro que no hubiera salido a tiempo ni para la primera escena.
-gracias -dije incómoda, el que fuéramos polos opuestos, era razón de mutua aversión
-bueno, creo que debiste haber elegido algún papel...
-y dejarles toda la carga?
- bueno, creo que aunque hubieras tenido un papel hubieras ayudado a Kim, Tara y Ben de todas formas. Después de todo no eres egoísta.
me quedé pensando. ¿yo no soy egoísta? bueno, me pilló por sorpresa, yo me miraba a mi misma como una persona más, capaz de ser la mejor y peor persona al mismo tiempo.
Ricky se paró rápido, y se fue, pues le tocaba una escena.
Luego de la primera función todos ya estaban exhaustos, exitados, felices y muy contentos. Había salido genial, en especial la actuación de Fernando... fue de las mejores de nuestra obra. (era el cocinero)
Quizá debí haber elegido un papel, pero no soy egoísta, y no es como si lo interpretara mejor que Pau...
Tuvimos un rato de descanso, y decidí salir por la parte de atrás del teatro, mirando la porción de parque que tenía detrás. y me senté en un tronco grueso y seco, de espaldas al teatro. Apenas y me di cuenta de que Ricky se sentaba a mi lado.
-hey... lo hemos hecho genial, ¿no crees?
-sí... -suspiré - no quiero que hoy acabe.
se echó a reír, y dijo- el día de hoy no acabará hasta que llegue mañana, además vamos a ir a casa de Pau, todos iremos, ¿irás? Me dijeron que hasta el Gran Tritón irá, incluso el pececillo más insignificante. -dijo bromeando.
-bien, creo que iré, pero es probable que me aburra.
-oh, no te aburrirás.
Después de la segunda función, durante una hora recogimos todo lo que llevábamos para la puesta en escena, una camioneta se fue llevando las cosas grandes, y cada quien llevaba a su vehículo su vestuario y utileria personal. Yo no tardé mucho, como no llevaba coche, cargué todo en el porta equipaje de la camioneta de mamá y los despedí. Me habían dado el permiso para estar hasta la una con el grupo, porque era domingo, y, al día siguiente teníamos que ir al colegio, para el primer examen final del año.
Aún no sabía con quien me iría, porque los que se habían pintado la cara, excepto Pau, decidieron ir a casa a darse una ducha para quitarse las pinturas de aceite que tanto se les habían prendido a la piel de sus caras. Por suerte, yo me lo quité fácilmente, ya que solo me había pintado la cara ligeramente de rosa, porque mi botarga era de un pez rosa.
Ricky apareció, con unas llaves de auto en la mano.
-¿No tienes quien te lleve? -dijo socarronamente
- ¿No tienes a quien llevar? - contraataqué
-hey, no me trates así, y no, no hay pasajeros, al parecer todos se irán con el gran tiburón de Pato
-umm...
- Ven, te llevo.
-bien...
Me llevó a un coche rojo, pero no era rojo ferrari, si no un rojo infierno. Con asientos de piel negros. El viaje era largo, porque teníamos que salir del parque que rodeaba al teatro, por lo que el viaje duró más de lo que me hubiera gustado. Antes de llegar se detuvo.
Yo me puse incómoda, no sabía bien de qué iba, y la verdad no quería saberlo.
Suspiró, y me dijo
-María... quizá esté esto de cabeza, pero... ME GUSTAS
me quedé sorprendida y negué con la cabeza.
- pero... solo es eso ¿no? -dije confundida..
-No.. ´-dijo tenso, se acercó y vi sus verdes ojos mirarme de una manera diferente en la que lo hacía normalmente. Su lenguaje corporal me decía lo que iba a hacer, y otra vez, solo que me quedé sorprendida, dejando que me plantara aquél beso... lleno de ternura y delicadeza, le respondí ligeramente, y sus labios entreabrieron los míos, puso una de sus manos en mi cuello y otra acariciando mi largo cabello. Yo, mientras tanto tenía una mano en su hombro derecho, y la otra intentaba acercarlo a mi.
Me sentía como si mi cuerpo hubiera tomado vida propia, y dejara la parte racional de mi ser en un rincón. Logré terminar el beso antes de que empezara a pasar sus manos por mi cuerpo, como me imaginaba que hacían siempre los chicos cuando se ponían calientes.
Se alejó, con una sonrisa, eufórico.
-Bien... supongo que me permites quererte, pensaba que seguirías como desde hace años, alejándote de todos.
- yo... lo hice para protegerme... no quería salir lastimada
-después de todo eres egoísta. Me hubiera gustado no ser yo quien te lo dijera pero, no puedes simplemente alejarte para protegerte, eso... puede lastimar a otros..
Ahora lo entendía.... él no me había fastidiado por años porque sólo le cayera mal, sino porque le gustaba.
-Pero gustarte y que me gustes no será suficiente.
-lo es... por ahora..
Se acercó de nuevo y me dio un tierno beso que despertó en mí mucho más que lo que habría esperado.
Tuvimos un rato de descanso, y decidí salir por la parte de atrás del teatro, mirando la porción de parque que tenía detrás. y me senté en un tronco grueso y seco, de espaldas al teatro. Apenas y me di cuenta de que Ricky se sentaba a mi lado.
-hey... lo hemos hecho genial, ¿no crees?
-sí... -suspiré - no quiero que hoy acabe.
se echó a reír, y dijo- el día de hoy no acabará hasta que llegue mañana, además vamos a ir a casa de Pau, todos iremos, ¿irás? Me dijeron que hasta el Gran Tritón irá, incluso el pececillo más insignificante. -dijo bromeando.
-bien, creo que iré, pero es probable que me aburra.
-oh, no te aburrirás.
Después de la segunda función, durante una hora recogimos todo lo que llevábamos para la puesta en escena, una camioneta se fue llevando las cosas grandes, y cada quien llevaba a su vehículo su vestuario y utileria personal. Yo no tardé mucho, como no llevaba coche, cargué todo en el porta equipaje de la camioneta de mamá y los despedí. Me habían dado el permiso para estar hasta la una con el grupo, porque era domingo, y, al día siguiente teníamos que ir al colegio, para el primer examen final del año.
Aún no sabía con quien me iría, porque los que se habían pintado la cara, excepto Pau, decidieron ir a casa a darse una ducha para quitarse las pinturas de aceite que tanto se les habían prendido a la piel de sus caras. Por suerte, yo me lo quité fácilmente, ya que solo me había pintado la cara ligeramente de rosa, porque mi botarga era de un pez rosa.
Ricky apareció, con unas llaves de auto en la mano.
-¿No tienes quien te lleve? -dijo socarronamente
- ¿No tienes a quien llevar? - contraataqué
-hey, no me trates así, y no, no hay pasajeros, al parecer todos se irán con el gran tiburón de Pato
-umm...
- Ven, te llevo.
-bien...
Me llevó a un coche rojo, pero no era rojo ferrari, si no un rojo infierno. Con asientos de piel negros. El viaje era largo, porque teníamos que salir del parque que rodeaba al teatro, por lo que el viaje duró más de lo que me hubiera gustado. Antes de llegar se detuvo.
Yo me puse incómoda, no sabía bien de qué iba, y la verdad no quería saberlo.
Suspiró, y me dijo
-María... quizá esté esto de cabeza, pero... ME GUSTAS
me quedé sorprendida y negué con la cabeza.
- pero... solo es eso ¿no? -dije confundida..
-No.. ´-dijo tenso, se acercó y vi sus verdes ojos mirarme de una manera diferente en la que lo hacía normalmente. Su lenguaje corporal me decía lo que iba a hacer, y otra vez, solo que me quedé sorprendida, dejando que me plantara aquél beso... lleno de ternura y delicadeza, le respondí ligeramente, y sus labios entreabrieron los míos, puso una de sus manos en mi cuello y otra acariciando mi largo cabello. Yo, mientras tanto tenía una mano en su hombro derecho, y la otra intentaba acercarlo a mi.
Me sentía como si mi cuerpo hubiera tomado vida propia, y dejara la parte racional de mi ser en un rincón. Logré terminar el beso antes de que empezara a pasar sus manos por mi cuerpo, como me imaginaba que hacían siempre los chicos cuando se ponían calientes.
Se alejó, con una sonrisa, eufórico.
-Bien... supongo que me permites quererte, pensaba que seguirías como desde hace años, alejándote de todos.
- yo... lo hice para protegerme... no quería salir lastimada
-después de todo eres egoísta. Me hubiera gustado no ser yo quien te lo dijera pero, no puedes simplemente alejarte para protegerte, eso... puede lastimar a otros..
Ahora lo entendía.... él no me había fastidiado por años porque sólo le cayera mal, sino porque le gustaba.
-Pero gustarte y que me gustes no será suficiente.
-lo es... por ahora..
Se acercó de nuevo y me dio un tierno beso que despertó en mí mucho más que lo que habría esperado.
18 jun 2011
Para quererte...
Es un nuevo One shot, basado en un día especial de mi vida. xD
Literal, sólo trata de un día y todo lo que puede pasar en él.
La trama es inventada, pero el evento Fue real.
así que esperadlo
lamento haber abandonado durante un par de semanas, pero un familiar tuvo un accidente y le he cuidado, junto con mi hermana pequeña.. y pronto también abandonaré por una semana o dos, ya que saldré de viaje :D
Literal, sólo trata de un día y todo lo que puede pasar en él.
La trama es inventada, pero el evento Fue real.
así que esperadlo
lamento haber abandonado durante un par de semanas, pero un familiar tuvo un accidente y le he cuidado, junto con mi hermana pequeña.. y pronto también abandonaré por una semana o dos, ya que saldré de viaje :D
14 jun 2011
Capítulo 5, Raisa Krieger
Los Surnos
Bajamos del auto sin decir mucho. Eddie me ayudó a bajar, un gesto de caballerosidad por su parte, algo que me sorprendió. nunca pensé que sería un momento decisivo, hasta que los vi. Claro... no parecían de las cavernas, sólo parecían... una especie de náufragos? exploradores perdidos?
Vestían ropa normal, casual, quizá rota, gastada o sucia, pero no parecían del todo unos vagabundos. Había entre ése grupo de exploradores, adultos y jóvenes principalmente. Todos armados con armas que en un principio me parecieron improvisadas, pero luego descubrí que así las hacían y se entrenaban para usarlas en contra de los malvados. Uno de ellos, un adulto alto, y que no se molestaba en esconder los colmillos se abrió paso de entre los catorce hombres y muchachos (todos distintos) haciendo notar quien mandaba en el lugar. Sydney se paró en el franco libre de Dimitri, quien estaba justo enfrente mío y franqueado al otro lado por Rose, y Eddie justo detrás mío. El líder de los exploradores se presentó:
-Soy Jared, el líder de los vigilantes del Suroeste de Norteamérica, Surnos. (Southnos, en ingles)
-Soy Dimitri Belikov, tuve el honor de conocer otro de sus grupos de vigilantes, al este del país...
-Cada grupo es diferente, lo habías pensado, Belikov? No somos iguales a nuestros amigos los Sures (Southes en inglés)
-Si. -dijo tenso. El moroi, pese a ser lo que era, era obvio que no era un debilucho como tantos que uno podía encontrarse en la corte, pese a ser alto y delgado, tenía unos músculos acordes a su delgada complexión, pero le hacían ver diferente de tantos moroi que había visto durante años. Luego Jared, puso su mirada en mí.
-Supongo que tú eres la parienta de la joven Reina de los Impuros... el último alquimista que nos trajo provisiones nos habló de ti. -explicó
-S-Sí. -dije tratando de calmarme, aunque no mostraban posturas de ataque, me ponía nerviosa...
-Bien... Chica-lily, pueden dejarla un par de semanas, así aprenderá de verdad las antiguas tradiciones que su pueblo abandonó.
-les recuerdo que ella vivió con humanos durante diez años y que ha vivido con nosotros apenas cinco. y por su posición no le puedo permitir que esté aquí más de un mes, ¿entendido?
El moroi gruñó por lo bajo, se aclaro la garganta y dijo -es aún mayor razón para que aprenda la vieja cultura...
-y eso... no lo puedo permitir. Jared, limítate a enseñarle el estilo de vida que llevan. Ése era el acuerdo.
-bien.
Toda mi comitiva iba a irse, pero de repente Sydney se lo pensó mejor y dirigiéndose a Eddie dijo:
-Guardián, ¿podría quedarse a vigilar a la futura recluta? -qué fría era cuando se lo proponía.
Eddie no tuvo más opción que aceptar. Y, se plantó a mi lado, tenso y serio como siempre.
Al parecer... pensaban que nos conocíamos mejor, pero la verdad era que apenas y le conocía. En la Academia St. Vládimir, era de los guardianes más nombrados, por ser parte de la guardia de la reina, junto con Rose. Y debido a la mala especulación de los Surnos, nos asignaron en la misma habitación. Un espacio austero, en una cueva en el hogar del jefe Jared, condicionada con un par de colchones delgados, y debido a que llevábamos sleepings-bags, no necesitábamos las sábanas.
La primera noche (día para los humanos) me sentí incómoda. Sentía que no podría dormir con la presencia de un guardián tan renombrado, en especial siendo él lo mismo que una piedra; duro y frío. Dando vueltas en la cama, me di cuenta que él no habría hecho más que quedarse sentado, con la espalda recta y actitud "en guardia" suspiré.
-¿no vas a dormir?
- no puedo hacerlo, y, tu tampoco. -dijo secamente. Era guapo, y su seriedad no combinaba con su rostro.
-estás haciendo guardia -le reproché.
-es necesario. No los conozco tanto como Sydney, Rose o Dimitri.
-Tú debías protegerla, a Sydney, y acabas siendo niñera mía... -dije medio en broma. una ligera y fugaz sonrisa se esforzó por salir, pero él, en su seriedad la reprimió, apenas noté que por dentro le causaba gracia mis bromas.
-Es que no soy niñera... -no pudo reprimir una respuesta seria. Frustrada por su estable estado de ánimo dije.
-No me veo exactamente como una adulta.... -aventuré para jugar con sus reprimidos sentimientos.
-No me veo exactamente como niñera- Touché...
Estaba frustrada. ¿cómo era posible que fuera tan guapo y no tuviera ni una chispa de humor visible?. Enojada me di la vuelta y me callé, fingiendo un sueño que no sentía bostecé, me estiré y acompasé mi respiración.... mientras pensaba en todo, poco a poco sin darme cuenta me quedé dormida.
Cuandome desperté al crepúsculo, Eddie estaba dormido, aún con la espalda en la pared. Apenas unos segundos después de que mi ritmo al respirar cambió. Abrió los ojos al instante, aún alerta y su rostro se relajo al ver que todo seguía con normalidad... yo me estiré y sentí necesidad de una ducha... realmente no me iba bien vivir con los Surnos después de todo.
Para el desayuno, Melanie, esposa moroi de Jared, nos envió junto con su hijo mayor, Josh (como de veinte años) a la fogata principal, donde corría el alimento que consistía en, carne marinada y asada, frutos del bosque, y algo de aguamiel, junto con pedazos de hogaza de pan. Todo el mundo que acudía a la fogata, era recibido con su porción de desayuno. ¡Incluso nos habían tomado en cuenta! Era increíble la hospitalidad de esas personas… era totalmente lo opuesto al mundo moroi que conocía.
Las conversaciones eran animadas, y cuando se dirigían a nosotros con preguntas sobre los “impuros” y, a Eddie con preguntas sobre los “perdidos” (nombre designado para Strigois) era gracioso… a los del mundo que había conocido, como a mi prima, la reina, la princesa, el lord esposo de la reina, y nosotros, éramos llamados impuros, y a los strigois (vampiros malvados cuyos actos eran regidos por la oscuridad) les decían perdidos… irónico.
Durante ése día, la pasamos de un lado a otro, me enseñaron a hacer un arco, una rama no muy gruesa ni seca de algún árbol con madera resistente, tallarlo, lijarlo y encordarlo, Hacer flechas, y cómo apuntar correctamente. Claro que el primer día mis logros fueron pequeños, pero acompañando a la partida de caza durante la salida del sol, durante un par de semanas, mejoró visiblemente mis habilidades de cazadora.
También, aprendí un poco de su lucha salvaje. Había escuchado que los Perdidos, no se acercaban a los vigilantes en general porque les ofrecían una buena lucha, por lo que preferían atacar a los Impuros.
Después de mi primer intento de caza, en el cual sólo acerté a una pata del animal, para que Goderic, el hijo mayor de Jared, pudiera acertar limpiamente el lomo del convaleciente anima.
-Anímate, de no ser por ti no habríamos cazado otro ciervo. -sonreí de una manera forzada. ¿cómo siendo un moroi podía ser tan buen cazador? mi sonrisa fue rápida y entendió el mensaje poco empático que quise mostrarle. -hey, no deberías poner esa cara, es tu segundo día aquí y ya te das por vencida. mañana no iremos de caza, pero en un par de días volverás a intentarlo.
Cuando llegamos a la cueva, Eddie estaba apostado a la entrada, escudriñando el camino de tierra. Su rostro fue impasible en cuanto lo distinguí, ningún cambio en su semblante salió a flote. Goderic, disfrutó de contarle a la familia cómo mi presencia había dado suerte para la captura de una presa difícil. Me hizo sentir incómoda frente a Eddie, a él le invitaron antes que a mi, y dijo que no, pero no pudo cambiar su decisión para mantenernos juntos y eso le había hecho molestarse conmigo, por haber olvidado todas las lecciones básicas de estrategia para defenderse... "nunca os separéis" Eddie me reprochaba eso con la mirada. pero algo nos sacó de nuestra "conversacion silenciosa" La familia de Jared se preparaba para dormirse. Melanie, nos despidió con una frase típica "deben de estar cansados, vayan a su cuarto" y acto seguido, Eddie y yo, como niñatos nos metimos en la pieza de la cueva y él no tardó mucho en reprocharme.
- No serás una buena guardiana. -pese a estar controlado el tono de su voz, había algo en ella que no supe reconocer. -especialmente si no sigues las reglas básicas de la defensa, incluso en un lugar protegido por ellos, si los strigois atacaran, morirías en el mejor de los casos, porque en el peor, matarían a tu protegido.
- Ni si quiera sé si realmente quiero ser guardiana... no estoy convencida del todo, todo apunta a que es mi deber de sangre, pero yo no elegí ser hija de quien soy, yo era feliz siendo simplemente Raisa Krieger, no Raisa la hija de un inadvertido Dragomir.
Eddie ya no supo qué contestar a eso, era más que obvio que para él, ser guardián era la tarea más honrada que podíamos desempeñar los de nuestra raza pero, para mí no representaba eso, sino un simple deber, así como los deberes escolares, lo tomaba con poca seriedad.
De nuevo, Eddie se quedó en esa extraña duermevela... era difícil decir si dormía o estaba consciente, porque cada vez que me despertaba de algún mal sueño, él no tardaba en abrir los ojos en estado alerta y se relaja al ver que sólo me había despertado. Al día siguiente no estábamos tan bien descansados, yo por mis pesadillas y él por permanecer alerta. así que evitamos cualquier actividad extenuante, y durante todo el día tuvimos ratos a solas, incómoda por la manera en que Eddie me tratara después de notar la poca seriedad con la que me tomaba el asunto de ser guardiana. Pero no sólo eso, sino que algo me gustaba de él, y me sentía mal por haberlo decepcionado.
Pasaron cinco días rápidamente, y no había señal de Rose y los otros. A Eddie le preocupaba que los hubieran atacado en el camino o en la ciudad, porque habían decidido rastrear la ciudad en busca de los Perdidos...
Algo en los apodos de los moroi y dhampir que asistían a la corte que les habían puesto los Surnos, me parecía gracioso. "Impuros" nosotros no éramos impuros, sino que simplemente habíamos decidido avanzar y aprovecharnos de la raza humana, y a los strigois, los llamaban perdidos, cuando deberían ser llamados impuros por haber elegido el mal. Así es como yo veía las cosas, pero ojalá y no fueran más complicadas que eso...
Bajamos del auto sin decir mucho. Eddie me ayudó a bajar, un gesto de caballerosidad por su parte, algo que me sorprendió. nunca pensé que sería un momento decisivo, hasta que los vi. Claro... no parecían de las cavernas, sólo parecían... una especie de náufragos? exploradores perdidos?
Vestían ropa normal, casual, quizá rota, gastada o sucia, pero no parecían del todo unos vagabundos. Había entre ése grupo de exploradores, adultos y jóvenes principalmente. Todos armados con armas que en un principio me parecieron improvisadas, pero luego descubrí que así las hacían y se entrenaban para usarlas en contra de los malvados. Uno de ellos, un adulto alto, y que no se molestaba en esconder los colmillos se abrió paso de entre los catorce hombres y muchachos (todos distintos) haciendo notar quien mandaba en el lugar. Sydney se paró en el franco libre de Dimitri, quien estaba justo enfrente mío y franqueado al otro lado por Rose, y Eddie justo detrás mío. El líder de los exploradores se presentó:
-Soy Jared, el líder de los vigilantes del Suroeste de Norteamérica, Surnos. (Southnos, en ingles)
-Soy Dimitri Belikov, tuve el honor de conocer otro de sus grupos de vigilantes, al este del país...
-Cada grupo es diferente, lo habías pensado, Belikov? No somos iguales a nuestros amigos los Sures (Southes en inglés)
-Si. -dijo tenso. El moroi, pese a ser lo que era, era obvio que no era un debilucho como tantos que uno podía encontrarse en la corte, pese a ser alto y delgado, tenía unos músculos acordes a su delgada complexión, pero le hacían ver diferente de tantos moroi que había visto durante años. Luego Jared, puso su mirada en mí.
-Supongo que tú eres la parienta de la joven Reina de los Impuros... el último alquimista que nos trajo provisiones nos habló de ti. -explicó
-S-Sí. -dije tratando de calmarme, aunque no mostraban posturas de ataque, me ponía nerviosa...
-Bien... Chica-lily, pueden dejarla un par de semanas, así aprenderá de verdad las antiguas tradiciones que su pueblo abandonó.
-les recuerdo que ella vivió con humanos durante diez años y que ha vivido con nosotros apenas cinco. y por su posición no le puedo permitir que esté aquí más de un mes, ¿entendido?
El moroi gruñó por lo bajo, se aclaro la garganta y dijo -es aún mayor razón para que aprenda la vieja cultura...
-y eso... no lo puedo permitir. Jared, limítate a enseñarle el estilo de vida que llevan. Ése era el acuerdo.
-bien.
Toda mi comitiva iba a irse, pero de repente Sydney se lo pensó mejor y dirigiéndose a Eddie dijo:
-Guardián, ¿podría quedarse a vigilar a la futura recluta? -qué fría era cuando se lo proponía.
Eddie no tuvo más opción que aceptar. Y, se plantó a mi lado, tenso y serio como siempre.
Al parecer... pensaban que nos conocíamos mejor, pero la verdad era que apenas y le conocía. En la Academia St. Vládimir, era de los guardianes más nombrados, por ser parte de la guardia de la reina, junto con Rose. Y debido a la mala especulación de los Surnos, nos asignaron en la misma habitación. Un espacio austero, en una cueva en el hogar del jefe Jared, condicionada con un par de colchones delgados, y debido a que llevábamos sleepings-bags, no necesitábamos las sábanas.
La primera noche (día para los humanos) me sentí incómoda. Sentía que no podría dormir con la presencia de un guardián tan renombrado, en especial siendo él lo mismo que una piedra; duro y frío. Dando vueltas en la cama, me di cuenta que él no habría hecho más que quedarse sentado, con la espalda recta y actitud "en guardia" suspiré.
-¿no vas a dormir?
- no puedo hacerlo, y, tu tampoco. -dijo secamente. Era guapo, y su seriedad no combinaba con su rostro.
-estás haciendo guardia -le reproché.
-es necesario. No los conozco tanto como Sydney, Rose o Dimitri.
-Tú debías protegerla, a Sydney, y acabas siendo niñera mía... -dije medio en broma. una ligera y fugaz sonrisa se esforzó por salir, pero él, en su seriedad la reprimió, apenas noté que por dentro le causaba gracia mis bromas.
-Es que no soy niñera... -no pudo reprimir una respuesta seria. Frustrada por su estable estado de ánimo dije.
-No me veo exactamente como una adulta.... -aventuré para jugar con sus reprimidos sentimientos.
-No me veo exactamente como niñera- Touché...
Estaba frustrada. ¿cómo era posible que fuera tan guapo y no tuviera ni una chispa de humor visible?. Enojada me di la vuelta y me callé, fingiendo un sueño que no sentía bostecé, me estiré y acompasé mi respiración.... mientras pensaba en todo, poco a poco sin darme cuenta me quedé dormida.
Cuandome desperté al crepúsculo, Eddie estaba dormido, aún con la espalda en la pared. Apenas unos segundos después de que mi ritmo al respirar cambió. Abrió los ojos al instante, aún alerta y su rostro se relajo al ver que todo seguía con normalidad... yo me estiré y sentí necesidad de una ducha... realmente no me iba bien vivir con los Surnos después de todo.
Para el desayuno, Melanie, esposa moroi de Jared, nos envió junto con su hijo mayor, Josh (como de veinte años) a la fogata principal, donde corría el alimento que consistía en, carne marinada y asada, frutos del bosque, y algo de aguamiel, junto con pedazos de hogaza de pan. Todo el mundo que acudía a la fogata, era recibido con su porción de desayuno. ¡Incluso nos habían tomado en cuenta! Era increíble la hospitalidad de esas personas… era totalmente lo opuesto al mundo moroi que conocía.
Las conversaciones eran animadas, y cuando se dirigían a nosotros con preguntas sobre los “impuros” y, a Eddie con preguntas sobre los “perdidos” (nombre designado para Strigois) era gracioso… a los del mundo que había conocido, como a mi prima, la reina, la princesa, el lord esposo de la reina, y nosotros, éramos llamados impuros, y a los strigois (vampiros malvados cuyos actos eran regidos por la oscuridad) les decían perdidos… irónico.
Durante ése día, la pasamos de un lado a otro, me enseñaron a hacer un arco, una rama no muy gruesa ni seca de algún árbol con madera resistente, tallarlo, lijarlo y encordarlo, Hacer flechas, y cómo apuntar correctamente. Claro que el primer día mis logros fueron pequeños, pero acompañando a la partida de caza durante la salida del sol, durante un par de semanas, mejoró visiblemente mis habilidades de cazadora.
También, aprendí un poco de su lucha salvaje. Había escuchado que los Perdidos, no se acercaban a los vigilantes en general porque les ofrecían una buena lucha, por lo que preferían atacar a los Impuros.
Después de mi primer intento de caza, en el cual sólo acerté a una pata del animal, para que Goderic, el hijo mayor de Jared, pudiera acertar limpiamente el lomo del convaleciente anima.
-Anímate, de no ser por ti no habríamos cazado otro ciervo. -sonreí de una manera forzada. ¿cómo siendo un moroi podía ser tan buen cazador? mi sonrisa fue rápida y entendió el mensaje poco empático que quise mostrarle. -hey, no deberías poner esa cara, es tu segundo día aquí y ya te das por vencida. mañana no iremos de caza, pero en un par de días volverás a intentarlo.
Cuando llegamos a la cueva, Eddie estaba apostado a la entrada, escudriñando el camino de tierra. Su rostro fue impasible en cuanto lo distinguí, ningún cambio en su semblante salió a flote. Goderic, disfrutó de contarle a la familia cómo mi presencia había dado suerte para la captura de una presa difícil. Me hizo sentir incómoda frente a Eddie, a él le invitaron antes que a mi, y dijo que no, pero no pudo cambiar su decisión para mantenernos juntos y eso le había hecho molestarse conmigo, por haber olvidado todas las lecciones básicas de estrategia para defenderse... "nunca os separéis" Eddie me reprochaba eso con la mirada. pero algo nos sacó de nuestra "conversacion silenciosa" La familia de Jared se preparaba para dormirse. Melanie, nos despidió con una frase típica "deben de estar cansados, vayan a su cuarto" y acto seguido, Eddie y yo, como niñatos nos metimos en la pieza de la cueva y él no tardó mucho en reprocharme.
- No serás una buena guardiana. -pese a estar controlado el tono de su voz, había algo en ella que no supe reconocer. -especialmente si no sigues las reglas básicas de la defensa, incluso en un lugar protegido por ellos, si los strigois atacaran, morirías en el mejor de los casos, porque en el peor, matarían a tu protegido.
- Ni si quiera sé si realmente quiero ser guardiana... no estoy convencida del todo, todo apunta a que es mi deber de sangre, pero yo no elegí ser hija de quien soy, yo era feliz siendo simplemente Raisa Krieger, no Raisa la hija de un inadvertido Dragomir.
Eddie ya no supo qué contestar a eso, era más que obvio que para él, ser guardián era la tarea más honrada que podíamos desempeñar los de nuestra raza pero, para mí no representaba eso, sino un simple deber, así como los deberes escolares, lo tomaba con poca seriedad.
De nuevo, Eddie se quedó en esa extraña duermevela... era difícil decir si dormía o estaba consciente, porque cada vez que me despertaba de algún mal sueño, él no tardaba en abrir los ojos en estado alerta y se relaja al ver que sólo me había despertado. Al día siguiente no estábamos tan bien descansados, yo por mis pesadillas y él por permanecer alerta. así que evitamos cualquier actividad extenuante, y durante todo el día tuvimos ratos a solas, incómoda por la manera en que Eddie me tratara después de notar la poca seriedad con la que me tomaba el asunto de ser guardiana. Pero no sólo eso, sino que algo me gustaba de él, y me sentía mal por haberlo decepcionado.
Pasaron cinco días rápidamente, y no había señal de Rose y los otros. A Eddie le preocupaba que los hubieran atacado en el camino o en la ciudad, porque habían decidido rastrear la ciudad en busca de los Perdidos...
Algo en los apodos de los moroi y dhampir que asistían a la corte que les habían puesto los Surnos, me parecía gracioso. "Impuros" nosotros no éramos impuros, sino que simplemente habíamos decidido avanzar y aprovecharnos de la raza humana, y a los strigois, los llamaban perdidos, cuando deberían ser llamados impuros por haber elegido el mal. Así es como yo veía las cosas, pero ojalá y no fueran más complicadas que eso...
5 jun 2011
Dverg Klanen
-¡Aldri! -gritó mi madre desde el primer piso de nuestra casa, seguro estaba en el porche - baja ya, han llegado nuestros invitados -ahora fue bajando el volumen... típico, le daba vergüenza gritar en su propia casa frente a los invitados.
Era extraño, nunca teníamos visitas, pero bueno, era casa de ella...
Me sentía extraña recibiendo visitas, además yo no solía bajar a cenar con algo más que con ropa casual... pero ahora me había vestido un poco mejor, llevaba una mini falda no tan corta de color negro y una blusa blanca ligeramente holgada blanca con zapatos de piso negros. No es que estuviera muy arreglada, pero me extrañaba cenar así en mi propia casa y con invitados. Mi madre me había dicho que ponerme porque no me había dicho quiénes eran los invitados.
Bajé las escaleras con cuidado, me daba miedo resbalarme, cuando llegué a la mitad del tramo vi que un muchacho me miraba; era realmente guapo; tenía el cabello rojo, era de una tez blanca y tenía ojos verdes, una nariz recta, y una boca que le hacía juego. Casi caigo en cuanto noté cómo nos mirábamos. Iba vestido algo formal, como si regresase de una junta de negocios cotidiana o algo por el estilo, pero no tenía cara de venir de una reunión de negocios por una simple razón; no parecía tener más de diecisiete años, ligeramente mayor que yo.
Mi madre se alegró en cuanto me vió, y noté que hablaba con un señor unos pocos años mayor que ella, y se parecía al muchacho, pero tenía su propia personalidad. En cambio era moreno, sus ojos más claros que los del muchacho y una tez ligeramente más bronceada, pero inmaculadamente vestido con un buen traje, y una expresión severa que se suavizaba cuando miraba a mi madre...
Me quedé pasmada.
-Robert, Vann, ella es mi hija Aldri -dijo mi madre. ¿es que acaso no pensó que me daría cuenta de inmediato? pero no por eso iba a portarme grosera.
-Buenas noches -dije extendiendo la mano, un gesto quizá demasiado formal e innecesario porque ya sabía de qué iba la cena... Seguro el tal Robert era el señor, y pretendiente o novio de mi madre y el muchacho obviamente sería su hijo, típico.
-Mucho gusto -dijo él apretando mi mano con gesto de familiaridad, el muchacho hizo lo mismo pero más reservado, pero antes de pasar a la sala para conversar antes de la cena, el hombre volvió a hablar dirigiéndose a todos en general - ¡Qué bien, no sabría que también tendríamos una dama de honor de la misma edad que Vann!
Otra vez me quedé atrás. Obviamente entendía que mi madre se casaría, pero no entendía de qué venía que me lo ocultase... Bien, mi madre era de esas mujeres bobas que se enamoraban de inmediato, y creí que no volvería a cometer el mismo error que mi padre, quien la abandonó después de haber vivido juntos, y luego murió en el hospital cuando tenía nueve años. Ella era muy joven cuando yo nací, creo que tendría mi edad más o menos. Se había enamorado de uno de sus instructores y tuvieron un romance hasta que quedó embarazada. Mis abuelos se enojaron demasiado y me parece que hicieron lo posible por alejarle de ella... Y la apoyaron incondicionalmente, le dieron una linda casa (nada comparado con la mansión que poseían) y le dan un subsidio por la empresa en la que a veces desarrolla proyectos realmente buenos. Pero esos proyectos la ocupan desde abril a mayo, y luego pasa de ellos, hasta el siguiente año.
Estando ya en el comedor y dejando de lado las incomodidades, Robert, gentilmente me puso al día de todo lo que me interesaba saber. Se conocieron hará un par de años, y comenzaron a salir nueve meses atrás. Mi madre me dijo que cuando me había preguntado que qué haría si tenía novio a esas alturas, y le había respondido de una manera poco favorecedora, había decidido no decirme hasta que Robert le propuso matrimonio, ella todavía tenía miedo de decirle que sí por mí... y que habían organizado esta cena para convencerme de que él podría hacerla feliz.
Esa noche, bueno, no lograron mucho... yo me mantuve severa. ¿es que acaso era yo la única adulta por aquí?
No hice caso de todas los intentos por convencerme... es que eran tan infantiles... U_U'
Es verdad que Robert Brannsson, era mayor que mi madre, pero dificilmente pasaba de los treinta y tantos. Y, también descubrí que Vann, no era exactamente "hijo" de Robert, sino más bien su hermano pequeño. Le llevaba veinte años, y es que era su medio y único hermano, ahora huérfano y bajo la protección de su hermano mayor.
No sé qué era más increíble: el hecho de que mi madre se casase con un hombre que yo no conocía o que el hombre tuviera un hermano de casi mi edad.
Era de mañana, me costaba despertarme para ir a la escuela, y mi madre le fue infiel a su costumbre de irme a molestar echándome un vaso de agua en el cabello poco a poco hasta que me despertase. Afortunadamente, no era necesario. Me desperté tarde, sí, pero no tan tarde como cabría esperarse. No tenía ganas de ir al instituto pero tampoco es que me encantase la idea de estar todo el día en casa, por eso no iría a casa hasta la noche...
En el instituto no era más que otra chica de primer año, guapa, capitana del equipo de natación, y uno de los mejores promedios de los de mi curso. Pero no por eso era menospreciada; muchos chicos me admiraban y era como la reina de la escuela. Nadie sabía sobre mi padre, exepto aquellos que conocían a mis abuelos maternos, pero eran pocos y eran mis amigos. Alan, Johnny, Lissa, Gina y Lili.Nuestras familias siempre han sido cercanas, mínimo desde nuestros bisabuelos y tatarabuelos. Claro, había muchos más, pero mis amigos eran los que contaban para mi.
Exepto yo, la mayoría de nosotros eran primos de primera y segunda generación, algunos sí eran mis primos de segunda y tercera generación, porque nuestros bisabuelos y tatarabuelos fueron conocidos, y cuando la ciudad fue fundada y, cerraron el circulo en torno a diez familias pudientes. Ashford, Bauer, Gietz, Hesse, Hamilton, Class, Russel, Allen, King, y Jordsson (la mía).
Cuando al fin iba saliendo a la escuela mi madre se acercó con las llaves del auto en las manos.
-¡Al! vas tarde, deja que te lleve, sí?
-bien... -no sabía qué más decir...
Nos subimos al auto y arrancó, y no es que tuviese prisa, pero mamá manejaba muy lento para ir "tarde"
-Al... no me has hablado desde la cena con los Brannsson... - era un reproche...
-Mamá... sé a donde quieres llegar y... no estoy en desacuerdo pero el tiempo no me convence. Ya sabes lo que dirá el abuelo, ¿es que piensas retarle esta vez?
-Al, no quiero retar a nadie, quiero a Robert y él te acepta, y admito que necesito ayuda contigo, no es que seas una carga pero necesitas una figura paterna.
-Madre... tengo quince años, no crees que es tarde para necesitar una, y no es que me haya convertido en una zorra -refunfuñé. Al contrario, era el mejor ejemplo en toda la escuela y la comunidad...
-¿De eso se trata todo? ¿no quieres un padre?
-No se trata todo de eso y... no sé... no sé si quiera un padre, pero bueno, eso al fin y al cabo no lo decido yo.
-No, no lo decides, pero por eso quería que aceptaras esto, sería más fácil...
El coche se detuvo frente a la escuela, y mi madre seguía nerviosa. Es como si hubiese algo mas que decir
-Hay algo que quieras agregar al sermón -dije apremiante y se lo pensó y negó al final con un meneo casi frenético de cabeza. y se fue...
Suspiré mientras me dirigía al salón de Biología.
-Llegué tarde, ¡pero eso no te da el derecho a sentarse conmigo! -repliqué enfadada mientras le dirigía una mirada furibunda a Vann. ¿Eso es lo que mamá se había guardado?
Marcador:
Mamá 3 Aldri 0
De verdad estaba muy molesta, pero por suerte no compartimos más de cuatro clases, sin contar educación física, que nos separaban por chicos y chicas. Además... ¿por qué habían aceptado el traslado? algo en mi mente me decía que eso implicaba algo así como una donación a los fondos escolares para que quien quiera que haya aceptado a Vann Brannsson en la escuela.
Cuando ya era hora de irse a casa, yo ya había hecho planes, mi mejor amiga, Lissa King, me había invitado a comer y luego ir de compras, pero se vieron estropeados por Vann,
-Aldri, tienes que venir a casa, hay una comida familiar, Robert me mandó un mensaje...
-Pues dile a Robert, que ya tenía planes -dije molesta y pasando de largo de su presencia.
-no puedes-dijo serio
-me vale lo que pienses, yo me niego a formar parte de su nueva familia, además el abuelo no lo aprobará -dije triunfante ante la mención del Sr. Jordsson.
Lissa aprovechó para defenderme y tomarme del brazo y decirle -Lo siento Vann, pero desde antes del inconveniente que habéis causado, ella tiene le compromiso de venir a la mansión King a cenar, por lo que decidimos pasar el día juntas, y tenemos que ir a la mansión Jordsson, así que hoy no cuenten con Aldri. -dijo de una manera muy convincente.
Vann se fue molesto.
Ibamos a pasar un rato en la mansión Jordsson debido a la polémica familiar; nuestras familias tenían como obligación relacionarse casi siempre entre sí, y eso merecía un castigo. Yo estaba de acuerdo. Mi madre se las había anotado a su favor, escondiéndome su relación, llevándo al prometido a casa sin yo saber quién era, y omitiendo que Vann entraría al instituto... Mi abuelo estaba lleno de furia, y mi abuela actuaba aún como una madre preocupada por el destino de su hija... pese a la vergüenza que había pasado cuando yo nací. Es que todos los adultos mayores en Green Valley se ponían como locos cuando alguien se vinculaba seriamente con alguien fuera del círculo de las diez familias, era algo raro, pero mi madre había faltado a la tradición, y se me había educado de tal manera que yo no podría traicionarles.
- ¡Buenas tardes! -dijo de manera ceremoniosa mi abuelo. Era el cabeza y líder de las familias, pese a que cada familia tuviese un líder... su palabra siempre era veredicto, y había sido un duro golpe cuando la menor de sus hijas se enredó con un extraño. - quizá no todos sepáis el motivo verdadero de la reunión, pero es muy simple: revelar el pasado.
un murmullo se extendió. Era verdad, todos los jóvenes estábamos presentes, estaban, Francis, Dylan, Karl, Susan, Lee, Denise, Diana, Danielle, Evan, Tailor, Ben, Quentin, Sara, Helen, algunos eran mayores y nos llevábamos bien, los más grandes iban a la universidad , otros habían optado por encargarse de las empresas familiares, y otros simplemente se tomaban un año sabático viajando o iban al instituto con nosotros, También estaban mis primos, Keith, Kyle, Ryan, Tara, Nat y Dana, y mi círculo de amigos de confianza, Alan, Johnny, Lissa, Gina y Lilian.
-La razón es simple, enfrentamos momentos de adversidad, os lo iré explicando poco a poco. -se aclaró la garganta con severidad.
"Nuestras familias, pese a ser grandes pertenecieron en el pasado al mismo clan, El Clan Jord, hijos de la tierra... y somos Dvergs. Los Dvergs o enanos no son humanos comunes, somos humanos con una parcialidad de magia en nuestra sangre. En tiempos antiguos éramos buenos luchadores, forjadores, y todo lo que los nuestros hacían, pero una mayoría nos arrasó; los humanos comunes y corrientes, viles y feroces. Hace cinco generaciones, el clan decidió separarse de la ciudad escondida entre las montañas que conocíamos como Luolat. Pero no fuimos los únicos arrasados, también los Elfos, las hadas, valquirias, brujas, duendes, dragones, entre muchas otras criaturas fueron suprimidas del mundo por el hombre común. Pasa que pese a ser común, el hombre es una bestia... No le basta con lo que logra, sino que desea más...
"Nuestros antepasados decidieron establecernos aquí, con el fin de vivir al margen de su sociedad, pero lo hemos logrado a un costo... nos perdimos a nosotros mismos, por eso se hizo la blood promise en la cual estámos obligados a no mezclarnos con humanos, -todas las miradas se posaban en mí, todas con dudas, mi lógica me llevo a entender que era hija ilegítima de alguno de los nuestros como para que mamá y yo siguiéramos vivas, pero muchos no opinaban lo mismo con la mirada.- El asunto es que Lyra, madre de Aldri, no está violando nada, ni con el padre de Aldri, ni con el afamado señor Brannsson, quien es uno de los más importantes Dverg en el clan Brann, al contrario, ha sido favorable para nosotros, los Jord, pero hay una amenaza mucho más seria que la polémica de si se falto a la blood promise, Son las Hekser, brujas.
Los mayores no mostraban sorpresa pero sí curiosidad, ya sabían lo del Clan Jord, Dverg, hadas, elfos y brujas, pero no se las olían con lo relacionado a mi nacimiento.
- No nos preocupamos de Himmelske, quienes son buenas, pero si del Clan Darlig,
Y así, ahora todos sabíamos por qué el Sr. Jordsson era siempre el último en hablar y cuyas palabras tenían mucho más peso que las de los demás. Increíble.. Me enteré de cosas que no tenía ni la más mínima idea. como que mi padre estaba secretamente comprometido con mi madre, pero que este murió atacado por Darlig, sabiendo que sería padre y había sido Prinssi (príncipe) de los suyos...
Después del éxito de la reunión, mi abuelo me miró orgulloso, animándome a sentirme igual. De alguna manera me reconfortaba saberlo, pero no sabía qué hacer... me sentía engañada. Toda la vida creí por las reacciones ajenas que sería hija de algún tipo que se aprovechó de la inocencia de mi madre, pero veía todo con nuevos ojos. Pero no por eso le perdonaba la que me hizo con el señor Brannsson, eso era pasarse.
Me dirigí al estudio, esperando que mi abuelo fuera para que habláramos en privado. siempre que hacía anuncios o decisiones, generalmente respecto a las empresas... me invitaba a hablar con él. Siempre se había interesado en mi opinión desde que tenía diez años.
-Aldri.. - pronunció mi nombre a modo de saludo.
-Abuelo...
-Bien, supongo que tendrás miles de preguntas que lanzar. ¿no es así?
-je... me he quedado sin palabras, cómo decirlo, me ha pillado desprevenida. siempre viví esperando una historia bárbara llena de un romance imposible.. y me salen con esto.
-El de Albio y Lyra era un romance imposible. Albio estaba prometido a la hija del rey Tag, pero al ser su mensajero, cumpliendo órdenes tuvo tratos con Lyra y ambos se amaron. No sin mi consentimiento, comprendí perfectamente la posición en la que tu padre se encotraba, y secretamente se comprometieron antes de celebrar el compromiso oficial con Tania, pero alguien se enteró y le mandaron matar en uno de sus viajes.
Sin darme cuenta, estaba llorando. Llorando por un desconocido Albio, a quien mi madre había amado.
-Pero ahora hay una situación más apremiante. El clan Solv, al que pertenecía tu padre se quedó sin herederos aptos, y debes hacer el sacrificio de liderarlos... eres joven, pero a lo largo de estos cinco años, te he enseñado lo que he podido. y no estarás sola. El pinssi de Brann y tu madre te apoyarán en la tarea...
Bien... jajaja creo que después de todo no será un one shot... no tengo tiempo para apretujar toda la historia, y esto es sólo el primer capitulo xD creo que se alargó más de lo necesario, pero supongo que no puedo hacer un one shot con mi estilo de escritura U_U ya veré como hacer uno xD
Era extraño, nunca teníamos visitas, pero bueno, era casa de ella...
Me sentía extraña recibiendo visitas, además yo no solía bajar a cenar con algo más que con ropa casual... pero ahora me había vestido un poco mejor, llevaba una mini falda no tan corta de color negro y una blusa blanca ligeramente holgada blanca con zapatos de piso negros. No es que estuviera muy arreglada, pero me extrañaba cenar así en mi propia casa y con invitados. Mi madre me había dicho que ponerme porque no me había dicho quiénes eran los invitados.
Bajé las escaleras con cuidado, me daba miedo resbalarme, cuando llegué a la mitad del tramo vi que un muchacho me miraba; era realmente guapo; tenía el cabello rojo, era de una tez blanca y tenía ojos verdes, una nariz recta, y una boca que le hacía juego. Casi caigo en cuanto noté cómo nos mirábamos. Iba vestido algo formal, como si regresase de una junta de negocios cotidiana o algo por el estilo, pero no tenía cara de venir de una reunión de negocios por una simple razón; no parecía tener más de diecisiete años, ligeramente mayor que yo.
Mi madre se alegró en cuanto me vió, y noté que hablaba con un señor unos pocos años mayor que ella, y se parecía al muchacho, pero tenía su propia personalidad. En cambio era moreno, sus ojos más claros que los del muchacho y una tez ligeramente más bronceada, pero inmaculadamente vestido con un buen traje, y una expresión severa que se suavizaba cuando miraba a mi madre...
Me quedé pasmada.
-Robert, Vann, ella es mi hija Aldri -dijo mi madre. ¿es que acaso no pensó que me daría cuenta de inmediato? pero no por eso iba a portarme grosera.
-Buenas noches -dije extendiendo la mano, un gesto quizá demasiado formal e innecesario porque ya sabía de qué iba la cena... Seguro el tal Robert era el señor, y pretendiente o novio de mi madre y el muchacho obviamente sería su hijo, típico.
-Mucho gusto -dijo él apretando mi mano con gesto de familiaridad, el muchacho hizo lo mismo pero más reservado, pero antes de pasar a la sala para conversar antes de la cena, el hombre volvió a hablar dirigiéndose a todos en general - ¡Qué bien, no sabría que también tendríamos una dama de honor de la misma edad que Vann!
Otra vez me quedé atrás. Obviamente entendía que mi madre se casaría, pero no entendía de qué venía que me lo ocultase... Bien, mi madre era de esas mujeres bobas que se enamoraban de inmediato, y creí que no volvería a cometer el mismo error que mi padre, quien la abandonó después de haber vivido juntos, y luego murió en el hospital cuando tenía nueve años. Ella era muy joven cuando yo nací, creo que tendría mi edad más o menos. Se había enamorado de uno de sus instructores y tuvieron un romance hasta que quedó embarazada. Mis abuelos se enojaron demasiado y me parece que hicieron lo posible por alejarle de ella... Y la apoyaron incondicionalmente, le dieron una linda casa (nada comparado con la mansión que poseían) y le dan un subsidio por la empresa en la que a veces desarrolla proyectos realmente buenos. Pero esos proyectos la ocupan desde abril a mayo, y luego pasa de ellos, hasta el siguiente año.
Estando ya en el comedor y dejando de lado las incomodidades, Robert, gentilmente me puso al día de todo lo que me interesaba saber. Se conocieron hará un par de años, y comenzaron a salir nueve meses atrás. Mi madre me dijo que cuando me había preguntado que qué haría si tenía novio a esas alturas, y le había respondido de una manera poco favorecedora, había decidido no decirme hasta que Robert le propuso matrimonio, ella todavía tenía miedo de decirle que sí por mí... y que habían organizado esta cena para convencerme de que él podría hacerla feliz.
Esa noche, bueno, no lograron mucho... yo me mantuve severa. ¿es que acaso era yo la única adulta por aquí?
No hice caso de todas los intentos por convencerme... es que eran tan infantiles... U_U'
Es verdad que Robert Brannsson, era mayor que mi madre, pero dificilmente pasaba de los treinta y tantos. Y, también descubrí que Vann, no era exactamente "hijo" de Robert, sino más bien su hermano pequeño. Le llevaba veinte años, y es que era su medio y único hermano, ahora huérfano y bajo la protección de su hermano mayor.
No sé qué era más increíble: el hecho de que mi madre se casase con un hombre que yo no conocía o que el hombre tuviera un hermano de casi mi edad.
Era de mañana, me costaba despertarme para ir a la escuela, y mi madre le fue infiel a su costumbre de irme a molestar echándome un vaso de agua en el cabello poco a poco hasta que me despertase. Afortunadamente, no era necesario. Me desperté tarde, sí, pero no tan tarde como cabría esperarse. No tenía ganas de ir al instituto pero tampoco es que me encantase la idea de estar todo el día en casa, por eso no iría a casa hasta la noche...
En el instituto no era más que otra chica de primer año, guapa, capitana del equipo de natación, y uno de los mejores promedios de los de mi curso. Pero no por eso era menospreciada; muchos chicos me admiraban y era como la reina de la escuela. Nadie sabía sobre mi padre, exepto aquellos que conocían a mis abuelos maternos, pero eran pocos y eran mis amigos. Alan, Johnny, Lissa, Gina y Lili.Nuestras familias siempre han sido cercanas, mínimo desde nuestros bisabuelos y tatarabuelos. Claro, había muchos más, pero mis amigos eran los que contaban para mi.
Exepto yo, la mayoría de nosotros eran primos de primera y segunda generación, algunos sí eran mis primos de segunda y tercera generación, porque nuestros bisabuelos y tatarabuelos fueron conocidos, y cuando la ciudad fue fundada y, cerraron el circulo en torno a diez familias pudientes. Ashford, Bauer, Gietz, Hesse, Hamilton, Class, Russel, Allen, King, y Jordsson (la mía).
Cuando al fin iba saliendo a la escuela mi madre se acercó con las llaves del auto en las manos.
-¡Al! vas tarde, deja que te lleve, sí?
-bien... -no sabía qué más decir...
Nos subimos al auto y arrancó, y no es que tuviese prisa, pero mamá manejaba muy lento para ir "tarde"
-Al... no me has hablado desde la cena con los Brannsson... - era un reproche...
-Mamá... sé a donde quieres llegar y... no estoy en desacuerdo pero el tiempo no me convence. Ya sabes lo que dirá el abuelo, ¿es que piensas retarle esta vez?
-Al, no quiero retar a nadie, quiero a Robert y él te acepta, y admito que necesito ayuda contigo, no es que seas una carga pero necesitas una figura paterna.
-Madre... tengo quince años, no crees que es tarde para necesitar una, y no es que me haya convertido en una zorra -refunfuñé. Al contrario, era el mejor ejemplo en toda la escuela y la comunidad...
-¿De eso se trata todo? ¿no quieres un padre?
-No se trata todo de eso y... no sé... no sé si quiera un padre, pero bueno, eso al fin y al cabo no lo decido yo.
-No, no lo decides, pero por eso quería que aceptaras esto, sería más fácil...
El coche se detuvo frente a la escuela, y mi madre seguía nerviosa. Es como si hubiese algo mas que decir
-Hay algo que quieras agregar al sermón -dije apremiante y se lo pensó y negó al final con un meneo casi frenético de cabeza. y se fue...
Suspiré mientras me dirigía al salón de Biología.
-Llegué tarde, ¡pero eso no te da el derecho a sentarse conmigo! -repliqué enfadada mientras le dirigía una mirada furibunda a Vann. ¿Eso es lo que mamá se había guardado?
Marcador:
Mamá 3 Aldri 0
De verdad estaba muy molesta, pero por suerte no compartimos más de cuatro clases, sin contar educación física, que nos separaban por chicos y chicas. Además... ¿por qué habían aceptado el traslado? algo en mi mente me decía que eso implicaba algo así como una donación a los fondos escolares para que quien quiera que haya aceptado a Vann Brannsson en la escuela.
Cuando ya era hora de irse a casa, yo ya había hecho planes, mi mejor amiga, Lissa King, me había invitado a comer y luego ir de compras, pero se vieron estropeados por Vann,
-Aldri, tienes que venir a casa, hay una comida familiar, Robert me mandó un mensaje...
-Pues dile a Robert, que ya tenía planes -dije molesta y pasando de largo de su presencia.
-no puedes-dijo serio
-me vale lo que pienses, yo me niego a formar parte de su nueva familia, además el abuelo no lo aprobará -dije triunfante ante la mención del Sr. Jordsson.
Lissa aprovechó para defenderme y tomarme del brazo y decirle -Lo siento Vann, pero desde antes del inconveniente que habéis causado, ella tiene le compromiso de venir a la mansión King a cenar, por lo que decidimos pasar el día juntas, y tenemos que ir a la mansión Jordsson, así que hoy no cuenten con Aldri. -dijo de una manera muy convincente.
Vann se fue molesto.
Ibamos a pasar un rato en la mansión Jordsson debido a la polémica familiar; nuestras familias tenían como obligación relacionarse casi siempre entre sí, y eso merecía un castigo. Yo estaba de acuerdo. Mi madre se las había anotado a su favor, escondiéndome su relación, llevándo al prometido a casa sin yo saber quién era, y omitiendo que Vann entraría al instituto... Mi abuelo estaba lleno de furia, y mi abuela actuaba aún como una madre preocupada por el destino de su hija... pese a la vergüenza que había pasado cuando yo nací. Es que todos los adultos mayores en Green Valley se ponían como locos cuando alguien se vinculaba seriamente con alguien fuera del círculo de las diez familias, era algo raro, pero mi madre había faltado a la tradición, y se me había educado de tal manera que yo no podría traicionarles.
- ¡Buenas tardes! -dijo de manera ceremoniosa mi abuelo. Era el cabeza y líder de las familias, pese a que cada familia tuviese un líder... su palabra siempre era veredicto, y había sido un duro golpe cuando la menor de sus hijas se enredó con un extraño. - quizá no todos sepáis el motivo verdadero de la reunión, pero es muy simple: revelar el pasado.
un murmullo se extendió. Era verdad, todos los jóvenes estábamos presentes, estaban, Francis, Dylan, Karl, Susan, Lee, Denise, Diana, Danielle, Evan, Tailor, Ben, Quentin, Sara, Helen, algunos eran mayores y nos llevábamos bien, los más grandes iban a la universidad , otros habían optado por encargarse de las empresas familiares, y otros simplemente se tomaban un año sabático viajando o iban al instituto con nosotros, También estaban mis primos, Keith, Kyle, Ryan, Tara, Nat y Dana, y mi círculo de amigos de confianza, Alan, Johnny, Lissa, Gina y Lilian.
-La razón es simple, enfrentamos momentos de adversidad, os lo iré explicando poco a poco. -se aclaró la garganta con severidad.
"Nuestras familias, pese a ser grandes pertenecieron en el pasado al mismo clan, El Clan Jord, hijos de la tierra... y somos Dvergs. Los Dvergs o enanos no son humanos comunes, somos humanos con una parcialidad de magia en nuestra sangre. En tiempos antiguos éramos buenos luchadores, forjadores, y todo lo que los nuestros hacían, pero una mayoría nos arrasó; los humanos comunes y corrientes, viles y feroces. Hace cinco generaciones, el clan decidió separarse de la ciudad escondida entre las montañas que conocíamos como Luolat. Pero no fuimos los únicos arrasados, también los Elfos, las hadas, valquirias, brujas, duendes, dragones, entre muchas otras criaturas fueron suprimidas del mundo por el hombre común. Pasa que pese a ser común, el hombre es una bestia... No le basta con lo que logra, sino que desea más...
"Nuestros antepasados decidieron establecernos aquí, con el fin de vivir al margen de su sociedad, pero lo hemos logrado a un costo... nos perdimos a nosotros mismos, por eso se hizo la blood promise en la cual estámos obligados a no mezclarnos con humanos, -todas las miradas se posaban en mí, todas con dudas, mi lógica me llevo a entender que era hija ilegítima de alguno de los nuestros como para que mamá y yo siguiéramos vivas, pero muchos no opinaban lo mismo con la mirada.- El asunto es que Lyra, madre de Aldri, no está violando nada, ni con el padre de Aldri, ni con el afamado señor Brannsson, quien es uno de los más importantes Dverg en el clan Brann, al contrario, ha sido favorable para nosotros, los Jord, pero hay una amenaza mucho más seria que la polémica de si se falto a la blood promise, Son las Hekser, brujas.
Los mayores no mostraban sorpresa pero sí curiosidad, ya sabían lo del Clan Jord, Dverg, hadas, elfos y brujas, pero no se las olían con lo relacionado a mi nacimiento.
- No nos preocupamos de Himmelske, quienes son buenas, pero si del Clan Darlig,
Y así, ahora todos sabíamos por qué el Sr. Jordsson era siempre el último en hablar y cuyas palabras tenían mucho más peso que las de los demás. Increíble.. Me enteré de cosas que no tenía ni la más mínima idea. como que mi padre estaba secretamente comprometido con mi madre, pero que este murió atacado por Darlig, sabiendo que sería padre y había sido Prinssi (príncipe) de los suyos...
Después del éxito de la reunión, mi abuelo me miró orgulloso, animándome a sentirme igual. De alguna manera me reconfortaba saberlo, pero no sabía qué hacer... me sentía engañada. Toda la vida creí por las reacciones ajenas que sería hija de algún tipo que se aprovechó de la inocencia de mi madre, pero veía todo con nuevos ojos. Pero no por eso le perdonaba la que me hizo con el señor Brannsson, eso era pasarse.
Me dirigí al estudio, esperando que mi abuelo fuera para que habláramos en privado. siempre que hacía anuncios o decisiones, generalmente respecto a las empresas... me invitaba a hablar con él. Siempre se había interesado en mi opinión desde que tenía diez años.
-Aldri.. - pronunció mi nombre a modo de saludo.
-Abuelo...
-Bien, supongo que tendrás miles de preguntas que lanzar. ¿no es así?
-je... me he quedado sin palabras, cómo decirlo, me ha pillado desprevenida. siempre viví esperando una historia bárbara llena de un romance imposible.. y me salen con esto.
-El de Albio y Lyra era un romance imposible. Albio estaba prometido a la hija del rey Tag, pero al ser su mensajero, cumpliendo órdenes tuvo tratos con Lyra y ambos se amaron. No sin mi consentimiento, comprendí perfectamente la posición en la que tu padre se encotraba, y secretamente se comprometieron antes de celebrar el compromiso oficial con Tania, pero alguien se enteró y le mandaron matar en uno de sus viajes.
Sin darme cuenta, estaba llorando. Llorando por un desconocido Albio, a quien mi madre había amado.
-Pero ahora hay una situación más apremiante. El clan Solv, al que pertenecía tu padre se quedó sin herederos aptos, y debes hacer el sacrificio de liderarlos... eres joven, pero a lo largo de estos cinco años, te he enseñado lo que he podido. y no estarás sola. El pinssi de Brann y tu madre te apoyarán en la tarea...
Bien... jajaja creo que después de todo no será un one shot... no tengo tiempo para apretujar toda la historia, y esto es sólo el primer capitulo xD creo que se alargó más de lo necesario, pero supongo que no puedo hacer un one shot con mi estilo de escritura U_U ya veré como hacer uno xD
4 jun 2011
Great Warrior
En primer lugar, Leah no conoce a sus padres, fue abandonada en una casa hogar, donde sabía ella no pertenecía, puesto que ella era de una estirpe diferente a aquéllos niños pobres y mugrosos... ella se sabía superior, pero no pensaba malgastar su vida averiguando su procedencia, ella prefería saltar a la acción, y nunca permitió que la adoptasen, pese a que hubo varias parejas de clase acomodada que insistieron más de una vez en adoptarla. Ella era un buen partido como hija, era castaña, de ojos verdes, delgada y muy hermosa, pero eso a ella le parecía poco, pensaba que eso de nada le servía para lograr sus propósitos.
Desde muy chica había sido ruda, tal vez no por naturaleza, pero lo era porque era el blanco de muchas burlas, debido a que para todo el mundo era obvio que ella no pertenecía ahí, entre la gente de piel oscurecida. Quizá nunca le faltó nada durante los diez años que estuvo ahí, pero algo muy importante le faltó; amor.
Ella no recordaba nada de su infancia, quizá fue muy doloroso, pero su soledad data desde que tenía unos cuatro años, donde están los primeros documentos de una niña blanca abandonada en un centro comercial muy importante, ella no quería saber nada del tema, pero le habían hecho saber que era el lugar indicado para buscar sus orígenes. Leah, como siempre, orgullosa y testaruda, pasó de largo por la invitación a reunirse con su pasado...
Cuando Cumplió los catorce, ella buscó una opción para independizarse, y le vino a la cabeza la academia militar, por lo que inicio un papeleo con ayuda del abogado del orfanato, para poder asistir a la academia militar. Se encontró un benefactor anónimo, y todo fue dispuesto para que entrara en la academia.
Y así fue. un par de meses antes de cumplir los quince años, iniciaron los cursos, claro que ella había asistido a la escuela, y claro que había sido de las mejores, pero nada se comparaba a esto, era una academia de lo más violenta; Todos usaban uniformes, llevaban clases de defensa personal, tres horas diarias de actividad física obligatoria, balística, estrategia, historia, bla bla bla, cosas de las que ella jamás había escuchado están en la lista de actividades diarias, sin mencionar que una vez al mes les tocaba cocinar y limpiar.
Los uniformes no eran tan malos: una falda de tablones azul oscura, una camisa blanca o playera y chaleco (según el clima) calcetas oscuras, zapatos negros, y el vestuario deportivo básico: pans y playera y tenis.
Ella llegó con una modesta maleta negra, en la cual sólo tenía pijamas y ropa interior... era todo lo que tenía... se encontró en un elegante vestíbulo de aspecto estricto, no tenía indicaciones, así que se decidió por preguntar a la primera persona con aspecto de secretaria que encontrara.. era una mujer de mediana edad sentada en una silla en el visible escritorio del vestíbulo, vestida formalmente, con aspecto profesional.
-Què necesita?
- buenas tardes, soy nueva y...
-ve al edificio que diga "HAG" ahí busca tu nombre en la lista y encontrarás el edificio de tu habitación, tendrás tres compañeras, y un baño.
-gracias...
Se dirigio a la salida buscando el edificio "HAG" pensando que tenían una costumbre extraña de nombrar edificios... nunca había visto eso, pero tal vez fuera útil. encontró sin más dificultades el edifico indicado, y buscó su nombre en las largas e interminables listas, cuando al fin lo encontró se dirigió al edificio nombrado como HAF07 en la habitación del segundo piso, D25, el numero del cuarto.
llegó y había sólo una maleta sobre una de las cuatro camas, suspiró de alivio, no había literas. era una habitación alargada, ventilada, sencilla y moderna, con cuatro camas, cuatro baúles a los pies de éstas, y cuatro armarios frente a estas, pegadas a la pared. y una puerta entre las dos camas centrales daba a un baño.
llegó y apostó sus cosas en una cama pegada a la pared. había un pequeño estante, donde colocó unos cuantos libros que tenía. y sacó la ropa que llevaba, llevaba solo dos vaqueros, dos pares de zapatos, y dos camisas, lo demás era pura ropa interior...
Tal vez era una academia militar, pero esa academia militar estaba destinada a educar a los hijos de los lideres militares para que tuviesen éxito en su carrera, así que era otro colegio más, donde lo material importa más que nada. y había sido su única opción.
cuando terminó se recostó en la cama y pensó "en la que me he metido..., pero no desistiré... "
Mientras Leah seguía acostada ensimismada pensando, sus otras compañeras fueron llegando y todas se presentaron. Leah se levantó y todas se presentaron
-Hola, soy Giana Pastrano, -dijo una de ellas presentandose, era rubia, delgada y tenía ojos verdes. Parecía que era mas joven que las otras.
-Hey, yo soy Mia Vivaldi -dijo la segunda, Esta era pelirroja, de complexión normal, y ojos también verdes.
-hola... yo soy Ayleen takahashi -dijo la tercera y última... de cabello castaño como el de Leah, ojos color avellana, y piel suavemente bronceada, a leah le dio envidia..
-Mi nombre es Leah... -dijo, no estaba segura de usar el apellido que le dio su "benefactor" a ella no le parecia correcto puesto que no era una adopción normal.
-y... -comenzó a decir Giana- tu apellido?
-Lambarri... -el peso de esa palabra dejó un silencio tenso en la habitacion... pero Mia se atrevió a romper el silencio diciendo
-imposible
-¿cómo?
-Si, es imposible que seas pariente de Diego, el es completamente rubio y rizado, alto, tiene ojos azules, y no comparten ningun razgo o sello familiar...
-lo siento, no le conozco asi que... -se disponía a sacar sus cosas y acomodarlas en el armario que estaba frente a su cama...
-COMO QUE NO LE CONOCES? llevas su apellido y no tienes idea de quién es él????
-No, como sea, qué importancia tiene? -dijo encojiéndose de hombros
las tres chicas perdieron la paciencia y al final resolvieron que el lunes se daría cuenta de lo que sucedía, decidieron cada una a terminar de arreglar sus cosas para luego dar un paseo y tratar de poner a Leah al corriente, casi cuando estaban por terminar, alguien tocó la puerta, y no se molestó en ser invitado a pasar.
-Chicas, quién es Leah? -las tres muchachas estaban que se les caía la quijada, era el famoso diego, las tres se apresuraron a señalar a Leah- nos pueden dar algo de espacio.. `por favor? -dijo el rubio sonriendo las chicas asintieron freneticamente y salieron en menos de lo que dura un suspiro.
Leah había presenciado todo, pese a estar incómoda e impresionada, decidió ignorar al muchacho lo más que pudo hasta que él se dirigio directo a ella
-Bienvenida, tal vez todo será un caos ahora, pero no te arrepentirás, papá está feliz de que decidieras venir, y me tienes a mí
-disculpa, esto es demasiado para mí - se sentó en la cama... - qué esta pasando aquí?
-Bueno, es probable que no sepas nada, no esperaba eso... quieres todo desde el principio? -leah asintió.
Diego le contó que no eran parientes realmente, pero que ella era hija de un buen amigo de su padre, a quien la tierra pareció tragarse, después de la muerte de su esposa, había decidido no criar a su hija recién nacida, el hombre, aseguraba, se había consumido en su dolor, pero no por eso dejó sola a su hija, al principio la dejó con David Lambarri, el padre de Diego, y su esposa Jean. la familia sufrió un secuestro y se lograron recuperar dos de los niños, Diego y su hermana Irina, pero a ella nunca la regresaron y la dejaron en un orfanato, lejos de francia, en la costa del mediterraneo de españa. Dieron con ella cuando se buscaba un benefactor para una niña huérfana de quince años. Y descubrieron que era ella, Leah... le habían dado un nombre inglés para desviar atención de la niña.
-... tus padres son -no pudo acabar, leah lo interrumpio.
-detente. -dijo leah secamente
-bien, tal vez no lo quieras saber...
-no, no es eso... es solo que yo estaba preparada para vivir sin saberlo, y no creo que esté preparada para vivir sabiéndolo...
-es comprensible, pero claro, después de diez años de no vernos, será genial recuperar el tiempo perdido -dijo animadamente
-otra vez me he perdido...
-bueno, viviste con nosotros durante tus primeros cuatro años, yo tenía seis cuando el drama pasó y desapareciste. mis padres se desvivieron buscando un rastro tuyo, pero al fin dimos contigo, estoy muy feliz -suspiró de alegría
-lo siento, no recuerdo nada... no tengo memoria de eso... se supone que debería recordarlo?
-bueno... yo decidí olvidar el secuestro, fue realmente horrible, aunque a veces aún tengo pesadillas con eso... es como si lo volviera a vivir... -dijo con brío -hay muchas cosas que creemos olvidadas, pero realmente no hay nada que no podamos recordar...
-um.... -estaba pensando... de repente le vino una imagen de sangre y cerró los ojos con fuerza para volver a abrirlos cuando Diego habló
-bien, te traje algo que Irina te manda, supuso que lo necesitarías para la cena de esta noche, espera que sea de tu talle, y se disculpa de no haber podido venir, ya te lo explicará mas tarde...
-gracias, dijo aceptando la mochila
-bien, vengo por tí para la cena
-uhh??
acto seguido, Diego le dio un beso en la frente y salió tan rápido como habia venido. Las otras tres chicas, estaban dando vueltas cerca, y entraron tan pronto diego desapareció por los pasillos. muy emocionadas no paraban de repetir a coro cosas apremiantes como "y bien?" "qué te dijo??" "para qué vino??"
Leah no sabía si debería contarles, pero les contó lo más posible omitiendo lo importante. les dijo que había venido para decirle que era bienvenida, y que tenía una cena esa noche con la familia. aseguró que eran primos segundos para evitar más bombas de preguntas..
era apenas pasado el medio dia, y las chicas decidieron salir a pasear... andubieron por ahí y presentaron a Leah como la prima segunda de Diego, todos quedaban impresionados pero nadie puso en duda la historia. Leah conoció todo el campus y se asombró por los campos de condicionamiento físico. definitivamente, le parecería pesado, pero decidió que no se daría por vencida.
El sol se estaba poniendo, y Leah decidió que era hora de arreglarse para la cena, el código de vestimenta poco le preocupaba porque Irina le había mandado lo que usaría esa noche. así que, con curiosidad abrió la mochila y sacó una blusa, una falda, y unos zapatos de piso..
no se preocupó mas que de su cabello, y quedó perfecta, la blusa era color perla, sin mangas y la falda era café, nada corta pero tampoco larga, y los zapatos, cafe. se veía bien, pero no se sentía segura... no se veía como ella, pero por otro lado se veía bien... aún no terminaba de decidir si le gustaba o no cuando alguien tocó y nuevamente no esperó a que le invitasen a pasar.
-hey estas lista?
Leah se había molestado un poco
-qué no puedes tocar como las personas normales-dijo claramente irritada
-bueno, es que no somos personas normales, así que andando ya nos esperan
Leah asintió y salieron juntos, la dirigió al estacionamiento y ahí, le abrió la puerta de un hermoso cadillac convertible plateado. brillaba mucho, y la noche no era ni fresca ni calurosa, por lo que parecía perfecto ir en él.
llegaron a un restaurante en el centro de la ciudad, el restaurante era parte de un hotel, con fachada al estilo del siglo XVII, el mesero los llevó a una mesa ocupada por un trío de cabezas rubias. ahora, se daba cuenta de porqué Diego era tan rubio como era, y se percató de que la muchacha de casi su misma edad, era Irina, la hija menor de la familia Lambarri. Ellos se mostraban muy amables con Leah, se sorprendieron de que hubiese aprendido inglés, y que supiera un poco de francés por lo que dijeron que se asegurarían de que tuviera un lugar en la clase de idiomas (francés) para que siguiese aprendiendo.
Llegó la hora del postre y un comentario llamó la atención de Leeah, no recuerda las palabras exactas pero sabía que había una razón por la cual no daba por sentado que ella entraría a la verdadera milicia.
de vuelta a la aacademia ella no puedo evitar preguntarle,
-diego, a que se refería tu madre cuando dijo "cuando tú e Irina vayan a la universidad juntas..."
-Mi madre piensa que la academia militar es buena, pero supone que querras estudiar algo después, ella no cree que la milicia sea algo apropiado para una señorita...
-Pero... yo no quiero estudiar otra cosa... quiero vivir... no quiero vivir atada a nada...
-supongo que lo sabes...
-¿?
-ésta no es nuestra patria... mi familia viene del norte, de la costa del báltico, y la tuya, según sabemos, la tuya de más al norte... no sabemos si Islandia, o más al norte aún... por lo tanto nadie confiaría en nosotros si nos unieramos a la milicia. no tendríamos buenos puestos... solo esperan que nos graduemos y vayamos a alguna buena universidad como extranjeros...
-bueno, yo no me daré por vencida... -por tercera vez en su vida lo repitio en voz alta, ella no había buscado su pasado, sin embargo, su pasado vino a ella. diego sonrió.
el camino de regreso era muy largo, y como era de noche, la velocidad era menor, por lo que tardarían un poco más en volver. se quedó mirando al vacío y tuvo un sueño extraño
"en el sueño, ella era pequeña, mas pequeña de lo que recordaba haber sido. había un niño rubio de ojos azules, era diego, comprendió. hablaban animadamente y jugaban. pero luego vino la pesadilla. estaban encerrados, unos señores grandes y malos se reían mientras les amenazaban... y diego murmuraba algo, uno de ellos lo abofeteo, y él con una mirada de odio calló. el hombre seguía amenazandolos con palabras y Leah no podía mas que gritar por el niño rubio siendo bofeteado, entonces escuchó las palabras "desaparecer" "muerta" pero diego seguía diciendole que no se diera por vencida, luego después de que dejaron a diego inconsciente, leah fue torturada, pero no era su nombre el que clamaban, la llamaban Laia, o algo que se parecía. pero le quitaron su nombre y la llamaban niña. luego de mucho sugfrir, la llevaron lejos, ella no podía ya hablar y la dejaron frente a un orfanato, con una carta... "
Leah despertó espantada, estaban en el estacionamiento y diego habia terminado de aparcar, ella no hizo mas que murmurar -soñe con un infierno... y lloró
Diego le dijo,
-hey, no tienes por qué llorar... sabes, Lambarri no es mi verdadero apellido ni el de nadie de mi familia... después del secuestro nos cambiamos de nombre, tampoco Leah es tu verdadero nombre, pero... no podemos revelarlo, es peligroso y antes debemos enfrentar al peligro
-entonces mi nombre no es Leah?
-me temo que no...
-es triste... ojalá pudiera recordarlo... -la perspectiva de su vida había cambiado en un solo día. había descubierto que su madre murió al nacer ella, que su padre la entregó a personas de confianza y que la extirparon de aquél núcleo familiar para vivir como una nadie... y ahora todo volvía a su lugar, y sin embargo, no parecía que las cosas estuvieran bien, sino que el mundo estaba de cabeza y que no podría con nada... sin saber qué decir siguió llorando
Diego la abrazó, y le dijo -no temas, ha pasado mucho tiempo pero aquí me tienes.
y otro recuerdo vino a ella... una de las coas que había murmurado y de lo que los secuestradores se habían reído es que diego le había dicho que le prometía salvarla, y que estarían juntos.
Leah reprimió las lágrimas. y extendió sus brazos a él, correspondiendo al abrazo. y el le susurró .-ahora sí cumpliré mi palabra.
Era lunes por la noche. El día, como había presentido, había sido pesado para ella. no es que fuera una debilucha, al contrario, fue de los mejores, pero ella no había estado acostumbrada a tanta actividad físia, y se preguntó si luego de la graduación dejaría de parecer mujer, pero viendo a las novicias mayores, decidió que tal vez no.
La vida de la accademía pasó rápidamente y cuando menos se dio cuenta, ya faltaba poco para las tres semanas de vacaciones de invierno. Ella no sabía que haría, se preguntaba secretamente si se podría quedar en el campus. Entonces fue cuando Diego llegó y sin saberlo respondió a su duda.
-hey, iremos de vacaciones a Helsinki, y tienes que venir con nosotros, no son tan familiares puesto que papá y mamá estarán con nosotros solo una semanna, y luego haremos lo que queramos -dijo emocionado.
Irina apareció y los abrazó a ambos. -hey no es genial, los tres solos en Helsinki por una semana...
Leah miraba horrorizada, ella no recordaba otro lugar que no fuera el orfanato o la academia y se sentía cohibida de solo pensar que irían a Finlandia. la ponía nerviosa... pero, por otro lado deían que era un lugar muy bonito,
-Vamos Leah, será divertido, iremos de compras y visitaremos muchos lugares además allá estará nevando!
El día llegó y Leah tenía muy poca ropa, al menos el vuelo a Helsinki era directo y no muy largo, por lo que en menos de un día ya estaban descansando en el hotel. y al día siguiente Irina y Leah fueron de compras acompañadas de Diego. Él se limitaba a cargar las compras de ambas y no decir nada, aunque hubo muchas bromas, risas, y la pasaron muy bien. al final del día Leah estaba cansada y feliz. ese día había llegado el matrimonio Lambarri.
el día siguiente nadie fue a las suites en todo el día. por lo que al llegar en la noche, todo parecía normal, pero a media noche mientras dormían, un enmascarado se escabulló a la habitación de las chicas y sorprendió a Leah durmiendo. la tomó en brazos pero ella despertó y se resistió. Diego que no podía dormir, y daba vueltas en la cama se sobresaltó al oír un grito ahogado y un estruendo en la habitacion de las chicas. se levantó y salió al pasillo. la puerta estaba abierta y había dos figuras moviendose bruscamente.
Leah había conseguido safarse del agarre de su captor, pero este la amenazaba con matar a Irina, quien dormía sin hacer caso al ruido ahogado. Se había congelado y no sabía que hacer. entonces Diego entró a defender a su hermana, y con su buena lucha dejó inconsciente al enmascarado... entre ambos lo ataron y amordazaron. Sin una mejor idea llamaron a la policia. vinieron dos patrullas, y unos detectives se presentaron. identificaron al intruso como un contrabandista de blancas, y fue procesado. luego del incidente Diego canceló su habitación para dormir en el sofá de la suite de las chicas.
Leah estuvo asustada el resto del viaje, pero nada malo pasó después de eso. La estaban pasando muy bien. Irina se encontró con una amiga en un museo de arte contemporáneo, y decidieron que irían a un spa juntas, invitaron a Leah, pero ella no quizo ir, se sentía más segura si evitaba lugares de ese tipo, y pasaron un día entero juntos.
caminaban en la nieve sin rumbo alguno. Diego estaba contento de pasar tiempo con Leah, pero ella se ponía nerviosa... había dejado de actuar como siempre había actuado, como una chica que no se deja vencer y que tiene bien vistas sus metas, y su meta no era tener algo con diego, pero había algo que la hacía sentirse así.
se sentaron en la banca de un parque y diego se arrodilló, tomando su mano y con la otra callando los labios de Leah cuando intentó protestar.
-Sé que esto es raro pero, sabes, no quiero que este día acabe... luego apreto el puño con el que la habia silenciado, y se paró y siguió caminando. Leah se preguntaba que le podría haer dicho, y nerviosa le presionó
-hay algo que me quieras decir?
-si y no... dijo encarándola, quiero decirte, te lo dije antes y te lo digo ahora, no dejaré que nada te suceda, yo... no pude cuidarte aquella vez y es mi culpa que todo pasara como sucedio yo...
-sh... dijo Leah abrazándole para acallarlo. -no me importa ya... no estaba en tu control, eramos muy pequeños, no pudieramos haber hecho algo para evitarlo.
-pero, verte así, sufrir, tú debiste crecer con nosotros y ser como una hermana más pero en vez de eso yo no puedo evitar pensar en qué hubiera pasado dijo golpeando la corteza de un árbol, haciendo que le cayera nieve encima, la mayor parte, claro. se separaron por la nieve y leah estaba casi seca.
Leah riendo le dijo- eso significa que el hubiera no existe -señaló hacia arriba.
Diego se sacudió y luego la atrajo hacia si, ninguno dijo nada, los dos sabían lo que sucedía. pero no querían decirlo... era diferente para ambos; para Diego, el no debería encontrarla tan hermosa, en especial después de que para todos eran primos, y para Leah, el sentimiento era confuso, algo que no recordaba haber sentido. pero se sentía segura y apoyó su cabeza sobre el pecho de él, y este le acarició sus largos cabellos, así la tarde acaeció y fueron de regreso al hotel antes de que Diego se enfermase.
Leah se preguntó por mucho tiempo cual sería su verdadero nombre... "Laia... ese nombre es de por estos rumbos, había una laia en el orfanato..." después de esas vacaciones tuvo poco tiempo para sus "familiares" pero no por eso dejaron de llevarse tan bien como lo hacían.
Se veían poco durante clases, y ella se sentía confundida respecto a Diego, y también se preguntaba cuál sería su verdadero nombre...
las semanas pasaron y pronto tendrian dos semanas para los torneos deportivos de primavera. No todos podian participar, especialmente porque se recibían competidores de otras escuelas militares, por lo que había una actividad campista que duraba dos semanas enteras junto al lago. Por supuesto Diego estaba en el equipo de Basketball, y no solo eso, sino que era el capitan. Leah era parte del equipo de voleyball, su fuerza y agilidad eran extraordinarias, y la entrenadora se había encargado de enseñarle las técnicas por los métodos tradicionales*, e Irina se quedaba como parte de las porristas.
Los campistas estaban por salir, y dos de las compañeras de Leah, Giana y Mia se iban... dejando el espacio para otras deportistas. Aylin era parte del equipo de Leah, por lo que se sintieron seguras cuando decidieron no separarlas. y diario tenían el doble de periodos libres.
La primera tarde libre, Leah la aprovecho para escaparse debajo del sicómoro, y leer. pero se vio interrumpida por alguien... Diego se quedó parado mirándola.
-hey -dijo sentandose
-ummm.... espera un segundo -terminó de leer el parrafo de su libro, y puso un marcapáginas.
-Leyendo?
-Si, había tenido muy poco tiempo, en el orfanato solía pasar dias en la inmensa biblioteca... a veces acababa un libro en un dia.
-me sorprende, es definitivamente algo que no sabía de ti... -tenía un deje de tristeza, porque le parecía que debería de haberlo sabido.
-hey, no te pongas así, también hay muchas cosas que no se de ti, y no me pongo nostalgica
-bien... eso espero, me gustaria saber más, y es por eso que he venido hoy a conversar
bien y de qué quieres que hablemos?
y siguieron hablando hasta que se acerco la hora de la cena, y fueron, no fueron interrumpidos por nadie, pero muchos les miraban con curiosidad renovada, es como si fueran una parejita...
Leah cayó en la cuenta y disimuladamente se lo explicó a diego cuando este preguntó
-hey, recuerdas que somos primos cierto?
-que?
-bueno, Irina y yo dijimos eso para que no preguntaran por mis padres, así que... nadie puede sacar conclusiones apresuradas sobre nosotros, pero también es necesario evitar infundarlas con conductas como esta...
el entendio perfectamente, y el cambio no fue brusco, pero si cambiaron el tono de su conversación. pese a ese esfuerzo corrieron rumores muy mesquinos sobre ellos.
Militar o no, era una escuela, y las escuelas estan llenas de chismes, por lo que no estaban exentos de las habladurías en especial si han sido vistos hablando de una manera un tanto íntima, era natural que algo así sucediera, pero no contaban con la reacción de Irina.
mientras estaban en el cuarto, descansando y hablando, Irina llegó muy enojada y corrio el cerrojo.
-por qué demonios me tengo que enterar por rumores que ustede dos se quieren?
- nadie tenía porque contaroslo... -dijo diego evadiendo
-eso no importa! que como me entere no tiene nada de importancia... me preocupa que no me lo hubieráis dicho!
-mira... no se de qué estáis hablando... -dijo leah confundida... Irina se irritó aún más
-los rumores dicen que vosotros dos sois pareja!
Leah quedó en blanco. era eso lo que se suponía que sentía? porqué no lo contradecían?
-bueno... yo... no se lo que... quiero decir, no se cómo es eso de una pareja.
Diego e Irina no podían dejar de mirarla perplejos. quizá era muy inteligente para algunas cosas, pero muy ingenua en otras...
-Si, bueno, sé por qué hay parejas pero... no lo entiendo del todo...
-qué es lo que hay que entender? -dijo diego exasperado, el habría jurado que ella entendió sus sentimientos en aquellos ciertos momentos que pasaron solos, y parecìa que nada màs en el mundo existía?
-Chicos, no creo que deban discutir su vida amorosa frente a mi... además no pueden dejarse ver en público de esa manera... recuerdan que son primos verdad? -Irina estaba incómoda
-Bien, pero porfavor explicale... -dijo Diego rindiéndose, se levantó y se fue a dar un paseo para pensar.
Se subió al mismo árbol donde hace unas horas estaban charlando. ¿porqué leah se haría la tonta? ella misma le había dicho que no actuaran así para no llamar la atención pero ¿ahora ella no entendía de parejas?
-estará loca... -dijo al final.
se acostó sore una rama, y cerró los ojos. Lo había negado pero seguía recordándolo todo, todo lo que sucedio antes del secuestro. los buenos momentos que pasaban juntos. Una vez ella se perdió en el centro comercial y el la encontró en el pasillo de los baños, apoyada sobre la pared abrazando sus piernas... siempre que ella estaba en algún peligro él saltaba a la acción, siendo un niño o incluso en esos momentos, en los que no sabían qué esperar de aquél enemigo invisible que los acechaba. ¿acaso esa persona no tenía nada mejor que hacer? ¿por qué no les dejaba en paz?
suspiró.
"supongo que la respuesta estará en mirar al pasado, Leah, aunque no quieras, tendrás que hacerlo..."
se paseó un rato más y volvió a su propia habitación. Ésta era parecida a la de las chicas, pero los colores eran verdes y azules en vez de rosas y morados. Alguien se las había arreglado para que las habitaciónes no fueran idénticas a las de una verdadera base militar. claro que ellos eran educados para estar en los altos mandos, los educaban en lo posible para que estuvieran mejor preparados, naturalmente no podían dejar atras el lujo. Los compañeros de Diego estaban dormidos menos Ivan, quien al parecer tenía un dilema amoroso otra vez.
-hey -susurro diego - necesitas hablar?
Iván entornó sus ojos a él y asintió. ambos salieron y se sentaron sobre la hierba del jardín
- ¿cómo es posible que me engañara? -dijo Ivan desesperadamente. Él había estado enamorado de su novia, con la que increíblemente había durado más de seis meses.
-no lo se amigo... -dijo diego desanimado. Tenía sus propias razones para sentirse así, era obvio que había algo entre él y Leah, incluso desde pequeños, cuando eran inseparables. Pero en esos momentos el no entendía por que ella decía que no entendía de parejas, y se dio cuenta que tampoco entendía mucho más que ella. -¿cómo saber que de verdad hay algo ahí? -le espetó al viento.
después de un rato, Ivan alzó la cara, que había tenido enterrada entre sus manos, tenía una mirada descisiva en ella, y posterior al pesado silencio dijo -no es que lo sepas, es que lo sientes, y puedes ver que ella también lo siente.
-ohh -Diego estaba impresionado. Claro que tenía razón, él sentía algo por ella, y podía ver que ella lo sentía también por él. - pero yo no entiendo de parejas -repitió las palabras de Leah
- No hay nada que entender. Si dos personas se aman, se aman. y está o no está. pero todo se complica por una traición...
- traición? te han engañado?
- eso creo... llegó un gilipollas a decirme que estaba con mi novia, que era la razón por la que ella dejó la academia...
-Yo no creería una historia así, a menos que ella misma lo dijera, y cómo dices podriáis ver si lo siente así o si está mintiendo...
- yo tampoco, es por eso que estoy tan... tenso -dijo al fin..
-venga, venga, que mañana tenemos el partido más fuerte de la temporada. no hemos perdido y no perderemos. Concentrémonos en eso en vez de nuestros vagos problemas amorosos
-Diego, es que acaso tienes novia?
- no exactamente, porque todo es complicado -sentenció. realmente esa charla le había venido muy bien. ahora entendía muchas cosas que le exasperaban, porque creía entenderlas, pero en esos momentos ya era diferente.
Irina había intentado explicarle diciendo
-no hay nada que entender... Diego y tu se quieren de esa manera y es lo que todos ven -había intentado explicarlo de mil maneras diferentes y al fin había una chispa de entendimiento en ella
-Ea! ya entiendo, es como eso de novios no?
-exacto -dijo frotandose el puente de la nariz, ¿por qué no había ido al grano desde el principio?
-bien, entonces... ahh ya, es lo mismo que le quise decir a diego... todos nos miran como si fueramos el nuevo drama de la academia...
-al fin entiendes, pero más importante... ¿es verdad eso? ¿se quieren de esa manera?
-supongo, te digo que no lo entiendo como una experiencia que haya tenido...
-te gusta?
-si... -dijo sonrojándose
-ves? le quieres... y qué suerte la nuestra -dijo aquello último por lo bajo.
El torneo deportivo fue duro para todos. Leah y Ailyn compartirían la habitación con dos de sus contrincantes. y para suerte de Diego, quien compartía habitacion con tres miembros de su equipo, no había sacrificios cotidianos.
Giana y Mia, eran muy unidas, pero no eran tan campiranas como uno podría pensar. eran fuertes, sí, pero odiaban dejar el lujo de una ducha para bañarse con valdes de agua de río.
La inauguración fue ostentosa y formal. como debía ser. pero apenas se acabaron los discursos todos los jóvenes iban directo a lo que tenían o a lo que querían hacer. al equipo de voleyball de la academia, le tocaba el primer partido con el equipo de otra academia, que estaba al otro lado del país, la academia de Cartagena, eran siempre los más fuertes, y tenían de dos a tres encuentros cada año.
La academia de Vizcaya, estaba orgullosa de ser sede. y no perderían porque ahora tenían a una chica más, y no solo era una novata sino una primeriza. era fuerte, ágil y tenía un salto increíble. no importaba que no midiera más de 1.68, porque tenía mucha fuerza, y no es que todas las españolas fueran más altas que ella, pero a todos les preocupaba que hubiera alguna grandulona por ahí jugando, cosa que no sucedió.
Diego al tener el periodo libre, fue con sus compañeros a ver el partido de las chicas, cuando ganaron, woow todos los de vizcaya estaban muy contentos... exepto el equipo de cartagena, se lo tomaban en serio y se sentían cada vez más presionados por no perder.
Leah daba lo mejor de sí, y se notaba. luego de una hora de descanso, era el turno de Diego. ella le dijo que le estaría apoyando. y eso hizo.
por la noche había pura fiesta y celebraciones, cosas que normalmente estaban prohibidas eran permitidas, y todos aprovechaban
Leah era acomedida por los muchachos de otras academias, y, a diferencia de los locales, estos no desistían a la primera negativa. Diego los alejaba, haciendo el papel de hermano mayor, pero ya todos en la academia figuarban que no eran parientes cercanos. Y esa información se filtraría a su enemigo invisible.
Todo iba de maravilla, pero uno de esos días que leah escapaba para estar sola, (extrañaba esos momentos para leer y pensar por si misma) se encontró con un mensaje escrito con algún líquido rojo. que decía
"Alejaos uno del otro o sabréis de lo que soy capaz de hacer"
estaba escrito vilmente sobre las páginas del libro que leía. definitivamente no podría seguir leyendolo. lo dejó caer al lado de su cama y salió corriendo. Había un lago cerca y no paró hasta que estuvo a punto de sumergirse en él. encontró una roca y se sentó en ella a esperar. el día era nublado y algo frío. y ella decidió ir a un lugar al que nunca había ido, así su enemigo invisible no la encontraría y ella estaría lejos de diego...
Diego, había intentado convencerla antes de ir a la celebración de la noche... y ella a regañadientes había aceptado ir. pero ya se acercaba la hora y no sabía nada de Leah, por lo que cabe esperar, comenzó a preocuparse.
Le preguntó a todo el que sabía que la conocían de vista. y nadie supo decirle nada, salvo que la habían visto camino a los dormitorios. Desesperado entró al HAF07 y se dirigió al D25, en el segundo piso, y encontró la puerta abierta, todo lucía normal hasta que se fijo en su cama. a un lado de ella había un libro descuidadamente tirado. lo levantó y vió algo rojo entre sus páginas. lo abrió y descifró el mensaje "Alejaos uno del otro o sabréis de lo que soy capaz de hacer" horrorizado le entró aún más la urgencia de encontrarla. pero no se decidía que hacer, y no sabía a quien decirle. Irina se encontraba ocupada animando a los equipos de las otras disciplinas de vizcaya, por lo que no tenía a quien pedirle ayuda o consejo, alguien que supiera toda la historia.
Compungido, sacó su móvil y llamó a su madre.
-madre... -dijo acomodando las palabras en su mente
-Hola Diego, sucede algo? -se escuchaba preocupada.
-algo terrible ha pasado
-que pasó? está todo bien?
-Si, lo estaba pero ahora... ahora todo está de cabeza
-naturalmente les molesta compartir habitación con los cadetes de otras academias?
-no, madre no es eso -dijo en tono sombrío - es sobre Leah.
Le explico rapidamente la situacón, que habían quedado de ir a una celebración esa misma noche y que Leah no había aparecido, busco en su habitación y le relató lo que encontró. leyendo para ella la leyenda de amenaza.
-Tienes que apresurarte y buscar en un lugar donde ella no haya estado antes, quizá fuera de la academia, lo cual es una estupides tomando en cuenta el peligro que hay afuera para ustedes.
Diego pensó y pensó. pero sin perder tiempo se enfilo a las afueras de los territorios de la escuela y distinguió el lago. Claro, tenía que haber ido a algun punto visible para no perderse. tardo media hora en llegar, y vio una figura sobre una roca, que abrazaba sus piernas. estaba absorta mirando a las calmadas aguas mecerse con el movimiento suave del viento.
-bien, me has dado un buen susto. no tenías por qué huir.
-si tenía... -dijo con un dolor en su voz
-claro que no, yo estoy aquí para cuidarte...
-No. sé cuidarme sola, y... -dudaba si seguir o no hablando
-...y le haras caso a la advertencia?
Leah entornó sus llorosos ojos a él, era obvio que sufría por la decisión que había tomado, pero aún dudaba si era lo mejor.
-no importa. si queremos saber quien es el enemigo... aunque no te guste debemos investigar lo más que podamos sobre tu pasado. sé que preferirías seguir adelante, pero es necesario...
-Oh... esto es horrible... dijo al fin ella. Diego se acercó y la rodeó con sus largos y fuertes brazos, la cargó y se dirigieron de vuelta a la academia.
Por más delgada que fuese, Leah pesaba lo suficiente como para que Diego se cansara de un momento a otro, a mitad de camino del lago a la academia, ella notó el cansancio en la respiración de él y se bajó, decidiendo que quizá caminar sería mejor. cuando se bajó, diego se tomó un tiempo para recuperar el alientol, y se las arregló para hablar
-quieres hablar sobre...?
-Yo... no sé qué pensar... esto es alarmante, no es que me sienta débil, pero esto acaba con mis fuerzas, toda la vida he luchado para no rendirme, y ahora me siento oprimida, como si alguien no quisiera que siguiera adelante, aunque lo intente, no podré seguir adelante... y tendré que mirar un pasado que no recuerdo y no quiero recordar.
-no importa si lo recuerdas o no... la pregunta es ¿por qué no lo quieres recordar?
-porque temo encontrar algo que sea terrible... quizás sea hija de algún dueño de la mafia caído y su competidor va tras de mí para completar su fina venganza... qué sé yoo?
-Bueno, no te puedo asegurar que te guste, pero sé que no hay nada deshonroso en tu pasado. Solo hay cosas que no son entendibles.
-no entiendo... ¿sabés quienes fueron mis padres?
-Si y no. Sé quienes fueron pero no les conocí... mis padres eran muy unidos a ellos, pero algo pasó... cuando yo era pequeño había poco contacto entre ellos, por lo que sólo me enteré de ellos cuando llegaste a vivir con nosotros. Sé que tu madre murió y que tu padre estaba... no te lo podría explicar pero estaba en el borde de un abismo. por varios meses iba a verte y te traía ropa y regalos, pero las cosas cambiaron tanto que tampoco lo entiendo
Leah se quedó pensativa. "mi madre murió cuando nací.Mi padre prefirió abandonarme por alguna razón, pero no me abandonó del todo... y ahora alguien quiere vengarse de mí, pero no entiendo qué es lo que busca"
De regreso a la academia, Irina estaba muy enojada, pero ya menos agitada, puesto que le había pasado un buen susto, Irina estaba vestida para la ocasión, pero Leah seguía con aquél uniforme deportivo, le sentaba muy bien, la mini falda y la playera, pero desgraciadamente no es algo que una chica llevaría a una fiesta, donde todos eran hijos de gente con dinero. Irina les dejó solos y ellos prefirieron pasar de la celebración de aquélla noche. Él la acompañó a su habitación y se quedaron sin habla, Leah tenía miedo de quedarse sola, pero era evidente que no era buena idea quedarse juntos. Ella estaba a punto de aceptar su soledad cuando Diego se abrió paso detrás de ella y se sentó en la cama de Ayleen.
-bien, me quedaré hasta que llegue Ayleen.
-no puedes, te echará algún vigilante.
-eso poco importa, no me ha visto nadie, además es más importante que no te encuentres sola, podría ser peligroso.
-Humm.... -Leah se durmió aún con el uniforme puesto, se veía muy bien, pero Diego no podía dejar de sentirse inquieto, no quería irse, pero no podía quedarse, por lo que se le ocurrió meterse bajo la cama de Leah, así nadie le vería y estaría cerca de ella si algo ocurría.
se quitó la sudadera y la usó de almohada, se quito los zapatos y los puso a su vez debajo de la sudadera. ya acomodado y acurrucado quedó dormido en ese hueco.
A la mañana siguiente, se despertó, se dio un ligero y sordo golpe con la base de la cama de Leah, y desorientado le costó unos cuantos segundos en recordar lo sucedido la noche anterior. Se arrastró para salir del hueco, y se percató que Ayleen dormía placidamente en su propia cama, tambien otras dos chicas que no conocía. Se rascó la cabeza, perturbado por la ausencia de sus compañeras habituales. Se fijó en la cama de Leah, y estaba vacía. Una nueva angustia se abrio paso a su corazón, no podía creer que ella no estuviera ahí,,, quizá había salido a desayunar, pero era extraño que no se diese cuenta...
Intentó salir de la habitación lo más silencioso que pudo, sin ponerse los zapatos. Cuando abrió la puerta cautelosamente, se fijó si habría algún guardia scerca que le sorprendiera saliendo de una habitación de chicas, por suerte no había vigilante... "Extraño que anoche no hubiera un vigía y ahora tampoco... algo ha de estar pasando" pensó.
Lo primero que pudo hacer era regresar a su propia habitación, tomar una ducha y cambiarse. Lo hizo muy rápido que apenas y se peinó. salio disparado a los comedores en busca de Leah. Le preocupaba que de nuevo hubiese hecho una visita al lago, donde era algo peligroso. Pero mientras caminaba por los caminos entre los edificios del silenciado campus, un zapato cayó en su hombro. era un tenis deportivo que conocía muy bien, miró hacia arriba y sólo pudo divisar un par de bien formadas piernas, a una le faltaba el tenis, y la rama en la que estaba la chica era tan gruesa como para que de esa forma pudiera apoyar su espalda y su cabeza sin ser visibles, pero Diego ya había adivinado que se trataba de Leah. Claro, era el lugar perfecto luego de que varias veces él la había interrumpido en sus intentos por estar sola. Con trabajos subió de rama en rama hacia donde estaba ella. Llevaba su zapato tomado de las agujetas y este se tambonaba cada vez que se aferraba a una nueva rama.
Cuando al fin alcanzó la rama donde estaba la chica, la encontró dormida con un libro abierto sobre su pecho, y sus manos descanzaban encima. No era la primera vez que la encontraba durmiendo después de leer la primera mitad de algún libro (una costumbre de Leah) pero bajo las difusas sombras y rayos de sol matutino, su rostro embargado por la inconsciencia y cierta paz, le hizo estremecerse. Ella era hermosa e inteligente, pero era consciente de que ahora mismo se hallaba en algún dilema interno. "Ella no buscaba su pasado, pero su pasado la busca a ella" pensó sombríamente.
Desde muy chica había sido ruda, tal vez no por naturaleza, pero lo era porque era el blanco de muchas burlas, debido a que para todo el mundo era obvio que ella no pertenecía ahí, entre la gente de piel oscurecida. Quizá nunca le faltó nada durante los diez años que estuvo ahí, pero algo muy importante le faltó; amor.
Ella no recordaba nada de su infancia, quizá fue muy doloroso, pero su soledad data desde que tenía unos cuatro años, donde están los primeros documentos de una niña blanca abandonada en un centro comercial muy importante, ella no quería saber nada del tema, pero le habían hecho saber que era el lugar indicado para buscar sus orígenes. Leah, como siempre, orgullosa y testaruda, pasó de largo por la invitación a reunirse con su pasado...
Cuando Cumplió los catorce, ella buscó una opción para independizarse, y le vino a la cabeza la academia militar, por lo que inicio un papeleo con ayuda del abogado del orfanato, para poder asistir a la academia militar. Se encontró un benefactor anónimo, y todo fue dispuesto para que entrara en la academia.
Y así fue. un par de meses antes de cumplir los quince años, iniciaron los cursos, claro que ella había asistido a la escuela, y claro que había sido de las mejores, pero nada se comparaba a esto, era una academia de lo más violenta; Todos usaban uniformes, llevaban clases de defensa personal, tres horas diarias de actividad física obligatoria, balística, estrategia, historia, bla bla bla, cosas de las que ella jamás había escuchado están en la lista de actividades diarias, sin mencionar que una vez al mes les tocaba cocinar y limpiar.
Los uniformes no eran tan malos: una falda de tablones azul oscura, una camisa blanca o playera y chaleco (según el clima) calcetas oscuras, zapatos negros, y el vestuario deportivo básico: pans y playera y tenis.
Ella llegó con una modesta maleta negra, en la cual sólo tenía pijamas y ropa interior... era todo lo que tenía... se encontró en un elegante vestíbulo de aspecto estricto, no tenía indicaciones, así que se decidió por preguntar a la primera persona con aspecto de secretaria que encontrara.. era una mujer de mediana edad sentada en una silla en el visible escritorio del vestíbulo, vestida formalmente, con aspecto profesional.
-Què necesita?
- buenas tardes, soy nueva y...
-ve al edificio que diga "HAG" ahí busca tu nombre en la lista y encontrarás el edificio de tu habitación, tendrás tres compañeras, y un baño.
-gracias...
Se dirigio a la salida buscando el edificio "HAG" pensando que tenían una costumbre extraña de nombrar edificios... nunca había visto eso, pero tal vez fuera útil. encontró sin más dificultades el edifico indicado, y buscó su nombre en las largas e interminables listas, cuando al fin lo encontró se dirigió al edificio nombrado como HAF07 en la habitación del segundo piso, D25, el numero del cuarto.
llegó y había sólo una maleta sobre una de las cuatro camas, suspiró de alivio, no había literas. era una habitación alargada, ventilada, sencilla y moderna, con cuatro camas, cuatro baúles a los pies de éstas, y cuatro armarios frente a estas, pegadas a la pared. y una puerta entre las dos camas centrales daba a un baño.
llegó y apostó sus cosas en una cama pegada a la pared. había un pequeño estante, donde colocó unos cuantos libros que tenía. y sacó la ropa que llevaba, llevaba solo dos vaqueros, dos pares de zapatos, y dos camisas, lo demás era pura ropa interior...
Tal vez era una academia militar, pero esa academia militar estaba destinada a educar a los hijos de los lideres militares para que tuviesen éxito en su carrera, así que era otro colegio más, donde lo material importa más que nada. y había sido su única opción.
cuando terminó se recostó en la cama y pensó "en la que me he metido..., pero no desistiré... "
Mientras Leah seguía acostada ensimismada pensando, sus otras compañeras fueron llegando y todas se presentaron. Leah se levantó y todas se presentaron
-Hola, soy Giana Pastrano, -dijo una de ellas presentandose, era rubia, delgada y tenía ojos verdes. Parecía que era mas joven que las otras.
-Hey, yo soy Mia Vivaldi -dijo la segunda, Esta era pelirroja, de complexión normal, y ojos también verdes.
-hola... yo soy Ayleen takahashi -dijo la tercera y última... de cabello castaño como el de Leah, ojos color avellana, y piel suavemente bronceada, a leah le dio envidia..
-Mi nombre es Leah... -dijo, no estaba segura de usar el apellido que le dio su "benefactor" a ella no le parecia correcto puesto que no era una adopción normal.
-y... -comenzó a decir Giana- tu apellido?
-Lambarri... -el peso de esa palabra dejó un silencio tenso en la habitacion... pero Mia se atrevió a romper el silencio diciendo
-imposible
-¿cómo?
-Si, es imposible que seas pariente de Diego, el es completamente rubio y rizado, alto, tiene ojos azules, y no comparten ningun razgo o sello familiar...
-lo siento, no le conozco asi que... -se disponía a sacar sus cosas y acomodarlas en el armario que estaba frente a su cama...
-COMO QUE NO LE CONOCES? llevas su apellido y no tienes idea de quién es él????
-No, como sea, qué importancia tiene? -dijo encojiéndose de hombros
las tres chicas perdieron la paciencia y al final resolvieron que el lunes se daría cuenta de lo que sucedía, decidieron cada una a terminar de arreglar sus cosas para luego dar un paseo y tratar de poner a Leah al corriente, casi cuando estaban por terminar, alguien tocó la puerta, y no se molestó en ser invitado a pasar.
-Chicas, quién es Leah? -las tres muchachas estaban que se les caía la quijada, era el famoso diego, las tres se apresuraron a señalar a Leah- nos pueden dar algo de espacio.. `por favor? -dijo el rubio sonriendo las chicas asintieron freneticamente y salieron en menos de lo que dura un suspiro.
Leah había presenciado todo, pese a estar incómoda e impresionada, decidió ignorar al muchacho lo más que pudo hasta que él se dirigio directo a ella
-Bienvenida, tal vez todo será un caos ahora, pero no te arrepentirás, papá está feliz de que decidieras venir, y me tienes a mí
-disculpa, esto es demasiado para mí - se sentó en la cama... - qué esta pasando aquí?
-Bueno, es probable que no sepas nada, no esperaba eso... quieres todo desde el principio? -leah asintió.
Diego le contó que no eran parientes realmente, pero que ella era hija de un buen amigo de su padre, a quien la tierra pareció tragarse, después de la muerte de su esposa, había decidido no criar a su hija recién nacida, el hombre, aseguraba, se había consumido en su dolor, pero no por eso dejó sola a su hija, al principio la dejó con David Lambarri, el padre de Diego, y su esposa Jean. la familia sufrió un secuestro y se lograron recuperar dos de los niños, Diego y su hermana Irina, pero a ella nunca la regresaron y la dejaron en un orfanato, lejos de francia, en la costa del mediterraneo de españa. Dieron con ella cuando se buscaba un benefactor para una niña huérfana de quince años. Y descubrieron que era ella, Leah... le habían dado un nombre inglés para desviar atención de la niña.
-... tus padres son -no pudo acabar, leah lo interrumpio.
-detente. -dijo leah secamente
-bien, tal vez no lo quieras saber...
-no, no es eso... es solo que yo estaba preparada para vivir sin saberlo, y no creo que esté preparada para vivir sabiéndolo...
-es comprensible, pero claro, después de diez años de no vernos, será genial recuperar el tiempo perdido -dijo animadamente
-otra vez me he perdido...
-bueno, viviste con nosotros durante tus primeros cuatro años, yo tenía seis cuando el drama pasó y desapareciste. mis padres se desvivieron buscando un rastro tuyo, pero al fin dimos contigo, estoy muy feliz -suspiró de alegría
-lo siento, no recuerdo nada... no tengo memoria de eso... se supone que debería recordarlo?
-bueno... yo decidí olvidar el secuestro, fue realmente horrible, aunque a veces aún tengo pesadillas con eso... es como si lo volviera a vivir... -dijo con brío -hay muchas cosas que creemos olvidadas, pero realmente no hay nada que no podamos recordar...
-um.... -estaba pensando... de repente le vino una imagen de sangre y cerró los ojos con fuerza para volver a abrirlos cuando Diego habló
-bien, te traje algo que Irina te manda, supuso que lo necesitarías para la cena de esta noche, espera que sea de tu talle, y se disculpa de no haber podido venir, ya te lo explicará mas tarde...
-gracias, dijo aceptando la mochila
-bien, vengo por tí para la cena
-uhh??
acto seguido, Diego le dio un beso en la frente y salió tan rápido como habia venido. Las otras tres chicas, estaban dando vueltas cerca, y entraron tan pronto diego desapareció por los pasillos. muy emocionadas no paraban de repetir a coro cosas apremiantes como "y bien?" "qué te dijo??" "para qué vino??"
Leah no sabía si debería contarles, pero les contó lo más posible omitiendo lo importante. les dijo que había venido para decirle que era bienvenida, y que tenía una cena esa noche con la familia. aseguró que eran primos segundos para evitar más bombas de preguntas..
era apenas pasado el medio dia, y las chicas decidieron salir a pasear... andubieron por ahí y presentaron a Leah como la prima segunda de Diego, todos quedaban impresionados pero nadie puso en duda la historia. Leah conoció todo el campus y se asombró por los campos de condicionamiento físico. definitivamente, le parecería pesado, pero decidió que no se daría por vencida.
El sol se estaba poniendo, y Leah decidió que era hora de arreglarse para la cena, el código de vestimenta poco le preocupaba porque Irina le había mandado lo que usaría esa noche. así que, con curiosidad abrió la mochila y sacó una blusa, una falda, y unos zapatos de piso..
no se preocupó mas que de su cabello, y quedó perfecta, la blusa era color perla, sin mangas y la falda era café, nada corta pero tampoco larga, y los zapatos, cafe. se veía bien, pero no se sentía segura... no se veía como ella, pero por otro lado se veía bien... aún no terminaba de decidir si le gustaba o no cuando alguien tocó y nuevamente no esperó a que le invitasen a pasar.
-hey estas lista?
Leah se había molestado un poco
-qué no puedes tocar como las personas normales-dijo claramente irritada
-bueno, es que no somos personas normales, así que andando ya nos esperan
Leah asintió y salieron juntos, la dirigió al estacionamiento y ahí, le abrió la puerta de un hermoso cadillac convertible plateado. brillaba mucho, y la noche no era ni fresca ni calurosa, por lo que parecía perfecto ir en él.
llegaron a un restaurante en el centro de la ciudad, el restaurante era parte de un hotel, con fachada al estilo del siglo XVII, el mesero los llevó a una mesa ocupada por un trío de cabezas rubias. ahora, se daba cuenta de porqué Diego era tan rubio como era, y se percató de que la muchacha de casi su misma edad, era Irina, la hija menor de la familia Lambarri. Ellos se mostraban muy amables con Leah, se sorprendieron de que hubiese aprendido inglés, y que supiera un poco de francés por lo que dijeron que se asegurarían de que tuviera un lugar en la clase de idiomas (francés) para que siguiese aprendiendo.
Llegó la hora del postre y un comentario llamó la atención de Leeah, no recuerda las palabras exactas pero sabía que había una razón por la cual no daba por sentado que ella entraría a la verdadera milicia.
de vuelta a la aacademia ella no puedo evitar preguntarle,
-diego, a que se refería tu madre cuando dijo "cuando tú e Irina vayan a la universidad juntas..."
-Mi madre piensa que la academia militar es buena, pero supone que querras estudiar algo después, ella no cree que la milicia sea algo apropiado para una señorita...
-Pero... yo no quiero estudiar otra cosa... quiero vivir... no quiero vivir atada a nada...
-supongo que lo sabes...
-¿?
-ésta no es nuestra patria... mi familia viene del norte, de la costa del báltico, y la tuya, según sabemos, la tuya de más al norte... no sabemos si Islandia, o más al norte aún... por lo tanto nadie confiaría en nosotros si nos unieramos a la milicia. no tendríamos buenos puestos... solo esperan que nos graduemos y vayamos a alguna buena universidad como extranjeros...
-bueno, yo no me daré por vencida... -por tercera vez en su vida lo repitio en voz alta, ella no había buscado su pasado, sin embargo, su pasado vino a ella. diego sonrió.
el camino de regreso era muy largo, y como era de noche, la velocidad era menor, por lo que tardarían un poco más en volver. se quedó mirando al vacío y tuvo un sueño extraño
"en el sueño, ella era pequeña, mas pequeña de lo que recordaba haber sido. había un niño rubio de ojos azules, era diego, comprendió. hablaban animadamente y jugaban. pero luego vino la pesadilla. estaban encerrados, unos señores grandes y malos se reían mientras les amenazaban... y diego murmuraba algo, uno de ellos lo abofeteo, y él con una mirada de odio calló. el hombre seguía amenazandolos con palabras y Leah no podía mas que gritar por el niño rubio siendo bofeteado, entonces escuchó las palabras "desaparecer" "muerta" pero diego seguía diciendole que no se diera por vencida, luego después de que dejaron a diego inconsciente, leah fue torturada, pero no era su nombre el que clamaban, la llamaban Laia, o algo que se parecía. pero le quitaron su nombre y la llamaban niña. luego de mucho sugfrir, la llevaron lejos, ella no podía ya hablar y la dejaron frente a un orfanato, con una carta... "
Leah despertó espantada, estaban en el estacionamiento y diego habia terminado de aparcar, ella no hizo mas que murmurar -soñe con un infierno... y lloró
Diego le dijo,
-hey, no tienes por qué llorar... sabes, Lambarri no es mi verdadero apellido ni el de nadie de mi familia... después del secuestro nos cambiamos de nombre, tampoco Leah es tu verdadero nombre, pero... no podemos revelarlo, es peligroso y antes debemos enfrentar al peligro
-entonces mi nombre no es Leah?
-me temo que no...
-es triste... ojalá pudiera recordarlo... -la perspectiva de su vida había cambiado en un solo día. había descubierto que su madre murió al nacer ella, que su padre la entregó a personas de confianza y que la extirparon de aquél núcleo familiar para vivir como una nadie... y ahora todo volvía a su lugar, y sin embargo, no parecía que las cosas estuvieran bien, sino que el mundo estaba de cabeza y que no podría con nada... sin saber qué decir siguió llorando
Diego la abrazó, y le dijo -no temas, ha pasado mucho tiempo pero aquí me tienes.
y otro recuerdo vino a ella... una de las coas que había murmurado y de lo que los secuestradores se habían reído es que diego le había dicho que le prometía salvarla, y que estarían juntos.
Leah reprimió las lágrimas. y extendió sus brazos a él, correspondiendo al abrazo. y el le susurró .-ahora sí cumpliré mi palabra.
Era lunes por la noche. El día, como había presentido, había sido pesado para ella. no es que fuera una debilucha, al contrario, fue de los mejores, pero ella no había estado acostumbrada a tanta actividad físia, y se preguntó si luego de la graduación dejaría de parecer mujer, pero viendo a las novicias mayores, decidió que tal vez no.
La vida de la accademía pasó rápidamente y cuando menos se dio cuenta, ya faltaba poco para las tres semanas de vacaciones de invierno. Ella no sabía que haría, se preguntaba secretamente si se podría quedar en el campus. Entonces fue cuando Diego llegó y sin saberlo respondió a su duda.
-hey, iremos de vacaciones a Helsinki, y tienes que venir con nosotros, no son tan familiares puesto que papá y mamá estarán con nosotros solo una semanna, y luego haremos lo que queramos -dijo emocionado.
Irina apareció y los abrazó a ambos. -hey no es genial, los tres solos en Helsinki por una semana...
Leah miraba horrorizada, ella no recordaba otro lugar que no fuera el orfanato o la academia y se sentía cohibida de solo pensar que irían a Finlandia. la ponía nerviosa... pero, por otro lado deían que era un lugar muy bonito,
-Vamos Leah, será divertido, iremos de compras y visitaremos muchos lugares además allá estará nevando!
El día llegó y Leah tenía muy poca ropa, al menos el vuelo a Helsinki era directo y no muy largo, por lo que en menos de un día ya estaban descansando en el hotel. y al día siguiente Irina y Leah fueron de compras acompañadas de Diego. Él se limitaba a cargar las compras de ambas y no decir nada, aunque hubo muchas bromas, risas, y la pasaron muy bien. al final del día Leah estaba cansada y feliz. ese día había llegado el matrimonio Lambarri.
el día siguiente nadie fue a las suites en todo el día. por lo que al llegar en la noche, todo parecía normal, pero a media noche mientras dormían, un enmascarado se escabulló a la habitación de las chicas y sorprendió a Leah durmiendo. la tomó en brazos pero ella despertó y se resistió. Diego que no podía dormir, y daba vueltas en la cama se sobresaltó al oír un grito ahogado y un estruendo en la habitacion de las chicas. se levantó y salió al pasillo. la puerta estaba abierta y había dos figuras moviendose bruscamente.
Leah había conseguido safarse del agarre de su captor, pero este la amenazaba con matar a Irina, quien dormía sin hacer caso al ruido ahogado. Se había congelado y no sabía que hacer. entonces Diego entró a defender a su hermana, y con su buena lucha dejó inconsciente al enmascarado... entre ambos lo ataron y amordazaron. Sin una mejor idea llamaron a la policia. vinieron dos patrullas, y unos detectives se presentaron. identificaron al intruso como un contrabandista de blancas, y fue procesado. luego del incidente Diego canceló su habitación para dormir en el sofá de la suite de las chicas.
Leah estuvo asustada el resto del viaje, pero nada malo pasó después de eso. La estaban pasando muy bien. Irina se encontró con una amiga en un museo de arte contemporáneo, y decidieron que irían a un spa juntas, invitaron a Leah, pero ella no quizo ir, se sentía más segura si evitaba lugares de ese tipo, y pasaron un día entero juntos.
caminaban en la nieve sin rumbo alguno. Diego estaba contento de pasar tiempo con Leah, pero ella se ponía nerviosa... había dejado de actuar como siempre había actuado, como una chica que no se deja vencer y que tiene bien vistas sus metas, y su meta no era tener algo con diego, pero había algo que la hacía sentirse así.
se sentaron en la banca de un parque y diego se arrodilló, tomando su mano y con la otra callando los labios de Leah cuando intentó protestar.
-Sé que esto es raro pero, sabes, no quiero que este día acabe... luego apreto el puño con el que la habia silenciado, y se paró y siguió caminando. Leah se preguntaba que le podría haer dicho, y nerviosa le presionó
-hay algo que me quieras decir?
-si y no... dijo encarándola, quiero decirte, te lo dije antes y te lo digo ahora, no dejaré que nada te suceda, yo... no pude cuidarte aquella vez y es mi culpa que todo pasara como sucedio yo...
-sh... dijo Leah abrazándole para acallarlo. -no me importa ya... no estaba en tu control, eramos muy pequeños, no pudieramos haber hecho algo para evitarlo.
-pero, verte así, sufrir, tú debiste crecer con nosotros y ser como una hermana más pero en vez de eso yo no puedo evitar pensar en qué hubiera pasado dijo golpeando la corteza de un árbol, haciendo que le cayera nieve encima, la mayor parte, claro. se separaron por la nieve y leah estaba casi seca.
Leah riendo le dijo- eso significa que el hubiera no existe -señaló hacia arriba.
Diego se sacudió y luego la atrajo hacia si, ninguno dijo nada, los dos sabían lo que sucedía. pero no querían decirlo... era diferente para ambos; para Diego, el no debería encontrarla tan hermosa, en especial después de que para todos eran primos, y para Leah, el sentimiento era confuso, algo que no recordaba haber sentido. pero se sentía segura y apoyó su cabeza sobre el pecho de él, y este le acarició sus largos cabellos, así la tarde acaeció y fueron de regreso al hotel antes de que Diego se enfermase.
Leah se preguntó por mucho tiempo cual sería su verdadero nombre... "Laia... ese nombre es de por estos rumbos, había una laia en el orfanato..." después de esas vacaciones tuvo poco tiempo para sus "familiares" pero no por eso dejaron de llevarse tan bien como lo hacían.
Se veían poco durante clases, y ella se sentía confundida respecto a Diego, y también se preguntaba cuál sería su verdadero nombre...
las semanas pasaron y pronto tendrian dos semanas para los torneos deportivos de primavera. No todos podian participar, especialmente porque se recibían competidores de otras escuelas militares, por lo que había una actividad campista que duraba dos semanas enteras junto al lago. Por supuesto Diego estaba en el equipo de Basketball, y no solo eso, sino que era el capitan. Leah era parte del equipo de voleyball, su fuerza y agilidad eran extraordinarias, y la entrenadora se había encargado de enseñarle las técnicas por los métodos tradicionales*, e Irina se quedaba como parte de las porristas.
Los campistas estaban por salir, y dos de las compañeras de Leah, Giana y Mia se iban... dejando el espacio para otras deportistas. Aylin era parte del equipo de Leah, por lo que se sintieron seguras cuando decidieron no separarlas. y diario tenían el doble de periodos libres.
La primera tarde libre, Leah la aprovecho para escaparse debajo del sicómoro, y leer. pero se vio interrumpida por alguien... Diego se quedó parado mirándola.
-hey -dijo sentandose
-ummm.... espera un segundo -terminó de leer el parrafo de su libro, y puso un marcapáginas.
-Leyendo?
-Si, había tenido muy poco tiempo, en el orfanato solía pasar dias en la inmensa biblioteca... a veces acababa un libro en un dia.
-me sorprende, es definitivamente algo que no sabía de ti... -tenía un deje de tristeza, porque le parecía que debería de haberlo sabido.
-hey, no te pongas así, también hay muchas cosas que no se de ti, y no me pongo nostalgica
-bien... eso espero, me gustaria saber más, y es por eso que he venido hoy a conversar
bien y de qué quieres que hablemos?
y siguieron hablando hasta que se acerco la hora de la cena, y fueron, no fueron interrumpidos por nadie, pero muchos les miraban con curiosidad renovada, es como si fueran una parejita...
Leah cayó en la cuenta y disimuladamente se lo explicó a diego cuando este preguntó
-hey, recuerdas que somos primos cierto?
-que?
-bueno, Irina y yo dijimos eso para que no preguntaran por mis padres, así que... nadie puede sacar conclusiones apresuradas sobre nosotros, pero también es necesario evitar infundarlas con conductas como esta...
el entendio perfectamente, y el cambio no fue brusco, pero si cambiaron el tono de su conversación. pese a ese esfuerzo corrieron rumores muy mesquinos sobre ellos.
Militar o no, era una escuela, y las escuelas estan llenas de chismes, por lo que no estaban exentos de las habladurías en especial si han sido vistos hablando de una manera un tanto íntima, era natural que algo así sucediera, pero no contaban con la reacción de Irina.
mientras estaban en el cuarto, descansando y hablando, Irina llegó muy enojada y corrio el cerrojo.
-por qué demonios me tengo que enterar por rumores que ustede dos se quieren?
- nadie tenía porque contaroslo... -dijo diego evadiendo
-eso no importa! que como me entere no tiene nada de importancia... me preocupa que no me lo hubieráis dicho!
-mira... no se de qué estáis hablando... -dijo leah confundida... Irina se irritó aún más
-los rumores dicen que vosotros dos sois pareja!
Leah quedó en blanco. era eso lo que se suponía que sentía? porqué no lo contradecían?
-bueno... yo... no se lo que... quiero decir, no se cómo es eso de una pareja.
Diego e Irina no podían dejar de mirarla perplejos. quizá era muy inteligente para algunas cosas, pero muy ingenua en otras...
-Si, bueno, sé por qué hay parejas pero... no lo entiendo del todo...
-qué es lo que hay que entender? -dijo diego exasperado, el habría jurado que ella entendió sus sentimientos en aquellos ciertos momentos que pasaron solos, y parecìa que nada màs en el mundo existía?
-Chicos, no creo que deban discutir su vida amorosa frente a mi... además no pueden dejarse ver en público de esa manera... recuerdan que son primos verdad? -Irina estaba incómoda
-Bien, pero porfavor explicale... -dijo Diego rindiéndose, se levantó y se fue a dar un paseo para pensar.
Se subió al mismo árbol donde hace unas horas estaban charlando. ¿porqué leah se haría la tonta? ella misma le había dicho que no actuaran así para no llamar la atención pero ¿ahora ella no entendía de parejas?
-estará loca... -dijo al final.
se acostó sore una rama, y cerró los ojos. Lo había negado pero seguía recordándolo todo, todo lo que sucedio antes del secuestro. los buenos momentos que pasaban juntos. Una vez ella se perdió en el centro comercial y el la encontró en el pasillo de los baños, apoyada sobre la pared abrazando sus piernas... siempre que ella estaba en algún peligro él saltaba a la acción, siendo un niño o incluso en esos momentos, en los que no sabían qué esperar de aquél enemigo invisible que los acechaba. ¿acaso esa persona no tenía nada mejor que hacer? ¿por qué no les dejaba en paz?
suspiró.
"supongo que la respuesta estará en mirar al pasado, Leah, aunque no quieras, tendrás que hacerlo..."
se paseó un rato más y volvió a su propia habitación. Ésta era parecida a la de las chicas, pero los colores eran verdes y azules en vez de rosas y morados. Alguien se las había arreglado para que las habitaciónes no fueran idénticas a las de una verdadera base militar. claro que ellos eran educados para estar en los altos mandos, los educaban en lo posible para que estuvieran mejor preparados, naturalmente no podían dejar atras el lujo. Los compañeros de Diego estaban dormidos menos Ivan, quien al parecer tenía un dilema amoroso otra vez.
-hey -susurro diego - necesitas hablar?
Iván entornó sus ojos a él y asintió. ambos salieron y se sentaron sobre la hierba del jardín
- ¿cómo es posible que me engañara? -dijo Ivan desesperadamente. Él había estado enamorado de su novia, con la que increíblemente había durado más de seis meses.
-no lo se amigo... -dijo diego desanimado. Tenía sus propias razones para sentirse así, era obvio que había algo entre él y Leah, incluso desde pequeños, cuando eran inseparables. Pero en esos momentos el no entendía por que ella decía que no entendía de parejas, y se dio cuenta que tampoco entendía mucho más que ella. -¿cómo saber que de verdad hay algo ahí? -le espetó al viento.
después de un rato, Ivan alzó la cara, que había tenido enterrada entre sus manos, tenía una mirada descisiva en ella, y posterior al pesado silencio dijo -no es que lo sepas, es que lo sientes, y puedes ver que ella también lo siente.
-ohh -Diego estaba impresionado. Claro que tenía razón, él sentía algo por ella, y podía ver que ella lo sentía también por él. - pero yo no entiendo de parejas -repitió las palabras de Leah
- No hay nada que entender. Si dos personas se aman, se aman. y está o no está. pero todo se complica por una traición...
- traición? te han engañado?
- eso creo... llegó un gilipollas a decirme que estaba con mi novia, que era la razón por la que ella dejó la academia...
-Yo no creería una historia así, a menos que ella misma lo dijera, y cómo dices podriáis ver si lo siente así o si está mintiendo...
- yo tampoco, es por eso que estoy tan... tenso -dijo al fin..
-venga, venga, que mañana tenemos el partido más fuerte de la temporada. no hemos perdido y no perderemos. Concentrémonos en eso en vez de nuestros vagos problemas amorosos
-Diego, es que acaso tienes novia?
- no exactamente, porque todo es complicado -sentenció. realmente esa charla le había venido muy bien. ahora entendía muchas cosas que le exasperaban, porque creía entenderlas, pero en esos momentos ya era diferente.
Irina había intentado explicarle diciendo
-no hay nada que entender... Diego y tu se quieren de esa manera y es lo que todos ven -había intentado explicarlo de mil maneras diferentes y al fin había una chispa de entendimiento en ella
-Ea! ya entiendo, es como eso de novios no?
-exacto -dijo frotandose el puente de la nariz, ¿por qué no había ido al grano desde el principio?
-bien, entonces... ahh ya, es lo mismo que le quise decir a diego... todos nos miran como si fueramos el nuevo drama de la academia...
-al fin entiendes, pero más importante... ¿es verdad eso? ¿se quieren de esa manera?
-supongo, te digo que no lo entiendo como una experiencia que haya tenido...
-te gusta?
-si... -dijo sonrojándose
-ves? le quieres... y qué suerte la nuestra -dijo aquello último por lo bajo.
El torneo deportivo fue duro para todos. Leah y Ailyn compartirían la habitación con dos de sus contrincantes. y para suerte de Diego, quien compartía habitacion con tres miembros de su equipo, no había sacrificios cotidianos.
Giana y Mia, eran muy unidas, pero no eran tan campiranas como uno podría pensar. eran fuertes, sí, pero odiaban dejar el lujo de una ducha para bañarse con valdes de agua de río.
La inauguración fue ostentosa y formal. como debía ser. pero apenas se acabaron los discursos todos los jóvenes iban directo a lo que tenían o a lo que querían hacer. al equipo de voleyball de la academia, le tocaba el primer partido con el equipo de otra academia, que estaba al otro lado del país, la academia de Cartagena, eran siempre los más fuertes, y tenían de dos a tres encuentros cada año.
La academia de Vizcaya, estaba orgullosa de ser sede. y no perderían porque ahora tenían a una chica más, y no solo era una novata sino una primeriza. era fuerte, ágil y tenía un salto increíble. no importaba que no midiera más de 1.68, porque tenía mucha fuerza, y no es que todas las españolas fueran más altas que ella, pero a todos les preocupaba que hubiera alguna grandulona por ahí jugando, cosa que no sucedió.
Diego al tener el periodo libre, fue con sus compañeros a ver el partido de las chicas, cuando ganaron, woow todos los de vizcaya estaban muy contentos... exepto el equipo de cartagena, se lo tomaban en serio y se sentían cada vez más presionados por no perder.
Leah daba lo mejor de sí, y se notaba. luego de una hora de descanso, era el turno de Diego. ella le dijo que le estaría apoyando. y eso hizo.
por la noche había pura fiesta y celebraciones, cosas que normalmente estaban prohibidas eran permitidas, y todos aprovechaban
Leah era acomedida por los muchachos de otras academias, y, a diferencia de los locales, estos no desistían a la primera negativa. Diego los alejaba, haciendo el papel de hermano mayor, pero ya todos en la academia figuarban que no eran parientes cercanos. Y esa información se filtraría a su enemigo invisible.
Todo iba de maravilla, pero uno de esos días que leah escapaba para estar sola, (extrañaba esos momentos para leer y pensar por si misma) se encontró con un mensaje escrito con algún líquido rojo. que decía
"Alejaos uno del otro o sabréis de lo que soy capaz de hacer"
estaba escrito vilmente sobre las páginas del libro que leía. definitivamente no podría seguir leyendolo. lo dejó caer al lado de su cama y salió corriendo. Había un lago cerca y no paró hasta que estuvo a punto de sumergirse en él. encontró una roca y se sentó en ella a esperar. el día era nublado y algo frío. y ella decidió ir a un lugar al que nunca había ido, así su enemigo invisible no la encontraría y ella estaría lejos de diego...
Diego, había intentado convencerla antes de ir a la celebración de la noche... y ella a regañadientes había aceptado ir. pero ya se acercaba la hora y no sabía nada de Leah, por lo que cabe esperar, comenzó a preocuparse.
Le preguntó a todo el que sabía que la conocían de vista. y nadie supo decirle nada, salvo que la habían visto camino a los dormitorios. Desesperado entró al HAF07 y se dirigió al D25, en el segundo piso, y encontró la puerta abierta, todo lucía normal hasta que se fijo en su cama. a un lado de ella había un libro descuidadamente tirado. lo levantó y vió algo rojo entre sus páginas. lo abrió y descifró el mensaje "Alejaos uno del otro o sabréis de lo que soy capaz de hacer" horrorizado le entró aún más la urgencia de encontrarla. pero no se decidía que hacer, y no sabía a quien decirle. Irina se encontraba ocupada animando a los equipos de las otras disciplinas de vizcaya, por lo que no tenía a quien pedirle ayuda o consejo, alguien que supiera toda la historia.
Compungido, sacó su móvil y llamó a su madre.
-madre... -dijo acomodando las palabras en su mente
-Hola Diego, sucede algo? -se escuchaba preocupada.
-algo terrible ha pasado
-que pasó? está todo bien?
-Si, lo estaba pero ahora... ahora todo está de cabeza
-naturalmente les molesta compartir habitación con los cadetes de otras academias?
-no, madre no es eso -dijo en tono sombrío - es sobre Leah.
Le explico rapidamente la situacón, que habían quedado de ir a una celebración esa misma noche y que Leah no había aparecido, busco en su habitación y le relató lo que encontró. leyendo para ella la leyenda de amenaza.
-Tienes que apresurarte y buscar en un lugar donde ella no haya estado antes, quizá fuera de la academia, lo cual es una estupides tomando en cuenta el peligro que hay afuera para ustedes.
Diego pensó y pensó. pero sin perder tiempo se enfilo a las afueras de los territorios de la escuela y distinguió el lago. Claro, tenía que haber ido a algun punto visible para no perderse. tardo media hora en llegar, y vio una figura sobre una roca, que abrazaba sus piernas. estaba absorta mirando a las calmadas aguas mecerse con el movimiento suave del viento.
-bien, me has dado un buen susto. no tenías por qué huir.
-si tenía... -dijo con un dolor en su voz
-claro que no, yo estoy aquí para cuidarte...
-No. sé cuidarme sola, y... -dudaba si seguir o no hablando
-...y le haras caso a la advertencia?
Leah entornó sus llorosos ojos a él, era obvio que sufría por la decisión que había tomado, pero aún dudaba si era lo mejor.
-no importa. si queremos saber quien es el enemigo... aunque no te guste debemos investigar lo más que podamos sobre tu pasado. sé que preferirías seguir adelante, pero es necesario...
-Oh... esto es horrible... dijo al fin ella. Diego se acercó y la rodeó con sus largos y fuertes brazos, la cargó y se dirigieron de vuelta a la academia.
Por más delgada que fuese, Leah pesaba lo suficiente como para que Diego se cansara de un momento a otro, a mitad de camino del lago a la academia, ella notó el cansancio en la respiración de él y se bajó, decidiendo que quizá caminar sería mejor. cuando se bajó, diego se tomó un tiempo para recuperar el alientol, y se las arregló para hablar
-quieres hablar sobre...?
-Yo... no sé qué pensar... esto es alarmante, no es que me sienta débil, pero esto acaba con mis fuerzas, toda la vida he luchado para no rendirme, y ahora me siento oprimida, como si alguien no quisiera que siguiera adelante, aunque lo intente, no podré seguir adelante... y tendré que mirar un pasado que no recuerdo y no quiero recordar.
-no importa si lo recuerdas o no... la pregunta es ¿por qué no lo quieres recordar?
-porque temo encontrar algo que sea terrible... quizás sea hija de algún dueño de la mafia caído y su competidor va tras de mí para completar su fina venganza... qué sé yoo?
-Bueno, no te puedo asegurar que te guste, pero sé que no hay nada deshonroso en tu pasado. Solo hay cosas que no son entendibles.
-no entiendo... ¿sabés quienes fueron mis padres?
-Si y no. Sé quienes fueron pero no les conocí... mis padres eran muy unidos a ellos, pero algo pasó... cuando yo era pequeño había poco contacto entre ellos, por lo que sólo me enteré de ellos cuando llegaste a vivir con nosotros. Sé que tu madre murió y que tu padre estaba... no te lo podría explicar pero estaba en el borde de un abismo. por varios meses iba a verte y te traía ropa y regalos, pero las cosas cambiaron tanto que tampoco lo entiendo
Leah se quedó pensativa. "mi madre murió cuando nací.Mi padre prefirió abandonarme por alguna razón, pero no me abandonó del todo... y ahora alguien quiere vengarse de mí, pero no entiendo qué es lo que busca"
De regreso a la academia, Irina estaba muy enojada, pero ya menos agitada, puesto que le había pasado un buen susto, Irina estaba vestida para la ocasión, pero Leah seguía con aquél uniforme deportivo, le sentaba muy bien, la mini falda y la playera, pero desgraciadamente no es algo que una chica llevaría a una fiesta, donde todos eran hijos de gente con dinero. Irina les dejó solos y ellos prefirieron pasar de la celebración de aquélla noche. Él la acompañó a su habitación y se quedaron sin habla, Leah tenía miedo de quedarse sola, pero era evidente que no era buena idea quedarse juntos. Ella estaba a punto de aceptar su soledad cuando Diego se abrió paso detrás de ella y se sentó en la cama de Ayleen.
-bien, me quedaré hasta que llegue Ayleen.
-no puedes, te echará algún vigilante.
-eso poco importa, no me ha visto nadie, además es más importante que no te encuentres sola, podría ser peligroso.
-Humm.... -Leah se durmió aún con el uniforme puesto, se veía muy bien, pero Diego no podía dejar de sentirse inquieto, no quería irse, pero no podía quedarse, por lo que se le ocurrió meterse bajo la cama de Leah, así nadie le vería y estaría cerca de ella si algo ocurría.
se quitó la sudadera y la usó de almohada, se quito los zapatos y los puso a su vez debajo de la sudadera. ya acomodado y acurrucado quedó dormido en ese hueco.
A la mañana siguiente, se despertó, se dio un ligero y sordo golpe con la base de la cama de Leah, y desorientado le costó unos cuantos segundos en recordar lo sucedido la noche anterior. Se arrastró para salir del hueco, y se percató que Ayleen dormía placidamente en su propia cama, tambien otras dos chicas que no conocía. Se rascó la cabeza, perturbado por la ausencia de sus compañeras habituales. Se fijó en la cama de Leah, y estaba vacía. Una nueva angustia se abrio paso a su corazón, no podía creer que ella no estuviera ahí,,, quizá había salido a desayunar, pero era extraño que no se diese cuenta...
Intentó salir de la habitación lo más silencioso que pudo, sin ponerse los zapatos. Cuando abrió la puerta cautelosamente, se fijó si habría algún guardia scerca que le sorprendiera saliendo de una habitación de chicas, por suerte no había vigilante... "Extraño que anoche no hubiera un vigía y ahora tampoco... algo ha de estar pasando" pensó.
Lo primero que pudo hacer era regresar a su propia habitación, tomar una ducha y cambiarse. Lo hizo muy rápido que apenas y se peinó. salio disparado a los comedores en busca de Leah. Le preocupaba que de nuevo hubiese hecho una visita al lago, donde era algo peligroso. Pero mientras caminaba por los caminos entre los edificios del silenciado campus, un zapato cayó en su hombro. era un tenis deportivo que conocía muy bien, miró hacia arriba y sólo pudo divisar un par de bien formadas piernas, a una le faltaba el tenis, y la rama en la que estaba la chica era tan gruesa como para que de esa forma pudiera apoyar su espalda y su cabeza sin ser visibles, pero Diego ya había adivinado que se trataba de Leah. Claro, era el lugar perfecto luego de que varias veces él la había interrumpido en sus intentos por estar sola. Con trabajos subió de rama en rama hacia donde estaba ella. Llevaba su zapato tomado de las agujetas y este se tambonaba cada vez que se aferraba a una nueva rama.
Cuando al fin alcanzó la rama donde estaba la chica, la encontró dormida con un libro abierto sobre su pecho, y sus manos descanzaban encima. No era la primera vez que la encontraba durmiendo después de leer la primera mitad de algún libro (una costumbre de Leah) pero bajo las difusas sombras y rayos de sol matutino, su rostro embargado por la inconsciencia y cierta paz, le hizo estremecerse. Ella era hermosa e inteligente, pero era consciente de que ahora mismo se hallaba en algún dilema interno. "Ella no buscaba su pasado, pero su pasado la busca a ella" pensó sombríamente.
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