Desde muy chica había sido ruda, tal vez no por naturaleza, pero lo era porque era el blanco de muchas burlas, debido a que para todo el mundo era obvio que ella no pertenecía ahí, entre la gente de piel oscurecida. Quizá nunca le faltó nada durante los diez años que estuvo ahí, pero algo muy importante le faltó; amor.
Ella no recordaba nada de su infancia, quizá fue muy doloroso, pero su soledad data desde que tenía unos cuatro años, donde están los primeros documentos de una niña blanca abandonada en un centro comercial muy importante, ella no quería saber nada del tema, pero le habían hecho saber que era el lugar indicado para buscar sus orígenes. Leah, como siempre, orgullosa y testaruda, pasó de largo por la invitación a reunirse con su pasado...
Cuando Cumplió los catorce, ella buscó una opción para independizarse, y le vino a la cabeza la academia militar, por lo que inicio un papeleo con ayuda del abogado del orfanato, para poder asistir a la academia militar. Se encontró un benefactor anónimo, y todo fue dispuesto para que entrara en la academia.
Y así fue. un par de meses antes de cumplir los quince años, iniciaron los cursos, claro que ella había asistido a la escuela, y claro que había sido de las mejores, pero nada se comparaba a esto, era una academia de lo más violenta; Todos usaban uniformes, llevaban clases de defensa personal, tres horas diarias de actividad física obligatoria, balística, estrategia, historia, bla bla bla, cosas de las que ella jamás había escuchado están en la lista de actividades diarias, sin mencionar que una vez al mes les tocaba cocinar y limpiar.
Los uniformes no eran tan malos: una falda de tablones azul oscura, una camisa blanca o playera y chaleco (según el clima) calcetas oscuras, zapatos negros, y el vestuario deportivo básico: pans y playera y tenis.
Ella llegó con una modesta maleta negra, en la cual sólo tenía pijamas y ropa interior... era todo lo que tenía... se encontró en un elegante vestíbulo de aspecto estricto, no tenía indicaciones, así que se decidió por preguntar a la primera persona con aspecto de secretaria que encontrara.. era una mujer de mediana edad sentada en una silla en el visible escritorio del vestíbulo, vestida formalmente, con aspecto profesional.
-Què necesita?
- buenas tardes, soy nueva y...
-ve al edificio que diga "HAG" ahí busca tu nombre en la lista y encontrarás el edificio de tu habitación, tendrás tres compañeras, y un baño.
-gracias...
Se dirigio a la salida buscando el edificio "HAG" pensando que tenían una costumbre extraña de nombrar edificios... nunca había visto eso, pero tal vez fuera útil. encontró sin más dificultades el edifico indicado, y buscó su nombre en las largas e interminables listas, cuando al fin lo encontró se dirigió al edificio nombrado como HAF07 en la habitación del segundo piso, D25, el numero del cuarto.
llegó y había sólo una maleta sobre una de las cuatro camas, suspiró de alivio, no había literas. era una habitación alargada, ventilada, sencilla y moderna, con cuatro camas, cuatro baúles a los pies de éstas, y cuatro armarios frente a estas, pegadas a la pared. y una puerta entre las dos camas centrales daba a un baño.
llegó y apostó sus cosas en una cama pegada a la pared. había un pequeño estante, donde colocó unos cuantos libros que tenía. y sacó la ropa que llevaba, llevaba solo dos vaqueros, dos pares de zapatos, y dos camisas, lo demás era pura ropa interior...
Tal vez era una academia militar, pero esa academia militar estaba destinada a educar a los hijos de los lideres militares para que tuviesen éxito en su carrera, así que era otro colegio más, donde lo material importa más que nada. y había sido su única opción.
cuando terminó se recostó en la cama y pensó "en la que me he metido..., pero no desistiré... "
Mientras Leah seguía acostada ensimismada pensando, sus otras compañeras fueron llegando y todas se presentaron. Leah se levantó y todas se presentaron
-Hola, soy Giana Pastrano, -dijo una de ellas presentandose, era rubia, delgada y tenía ojos verdes. Parecía que era mas joven que las otras.
-Hey, yo soy Mia Vivaldi -dijo la segunda, Esta era pelirroja, de complexión normal, y ojos también verdes.
-hola... yo soy Ayleen takahashi -dijo la tercera y última... de cabello castaño como el de Leah, ojos color avellana, y piel suavemente bronceada, a leah le dio envidia..
-Mi nombre es Leah... -dijo, no estaba segura de usar el apellido que le dio su "benefactor" a ella no le parecia correcto puesto que no era una adopción normal.
-y... -comenzó a decir Giana- tu apellido?
-Lambarri... -el peso de esa palabra dejó un silencio tenso en la habitacion... pero Mia se atrevió a romper el silencio diciendo
-imposible
-¿cómo?
-Si, es imposible que seas pariente de Diego, el es completamente rubio y rizado, alto, tiene ojos azules, y no comparten ningun razgo o sello familiar...
-lo siento, no le conozco asi que... -se disponía a sacar sus cosas y acomodarlas en el armario que estaba frente a su cama...
-COMO QUE NO LE CONOCES? llevas su apellido y no tienes idea de quién es él????
-No, como sea, qué importancia tiene? -dijo encojiéndose de hombros
las tres chicas perdieron la paciencia y al final resolvieron que el lunes se daría cuenta de lo que sucedía, decidieron cada una a terminar de arreglar sus cosas para luego dar un paseo y tratar de poner a Leah al corriente, casi cuando estaban por terminar, alguien tocó la puerta, y no se molestó en ser invitado a pasar.
-Chicas, quién es Leah? -las tres muchachas estaban que se les caía la quijada, era el famoso diego, las tres se apresuraron a señalar a Leah- nos pueden dar algo de espacio.. `por favor? -dijo el rubio sonriendo las chicas asintieron freneticamente y salieron en menos de lo que dura un suspiro.
Leah había presenciado todo, pese a estar incómoda e impresionada, decidió ignorar al muchacho lo más que pudo hasta que él se dirigio directo a ella
-Bienvenida, tal vez todo será un caos ahora, pero no te arrepentirás, papá está feliz de que decidieras venir, y me tienes a mí
-disculpa, esto es demasiado para mí - se sentó en la cama... - qué esta pasando aquí?
-Bueno, es probable que no sepas nada, no esperaba eso... quieres todo desde el principio? -leah asintió.
Diego le contó que no eran parientes realmente, pero que ella era hija de un buen amigo de su padre, a quien la tierra pareció tragarse, después de la muerte de su esposa, había decidido no criar a su hija recién nacida, el hombre, aseguraba, se había consumido en su dolor, pero no por eso dejó sola a su hija, al principio la dejó con David Lambarri, el padre de Diego, y su esposa Jean. la familia sufrió un secuestro y se lograron recuperar dos de los niños, Diego y su hermana Irina, pero a ella nunca la regresaron y la dejaron en un orfanato, lejos de francia, en la costa del mediterraneo de españa. Dieron con ella cuando se buscaba un benefactor para una niña huérfana de quince años. Y descubrieron que era ella, Leah... le habían dado un nombre inglés para desviar atención de la niña.
-... tus padres son -no pudo acabar, leah lo interrumpio.
-detente. -dijo leah secamente
-bien, tal vez no lo quieras saber...
-no, no es eso... es solo que yo estaba preparada para vivir sin saberlo, y no creo que esté preparada para vivir sabiéndolo...
-es comprensible, pero claro, después de diez años de no vernos, será genial recuperar el tiempo perdido -dijo animadamente
-otra vez me he perdido...
-bueno, viviste con nosotros durante tus primeros cuatro años, yo tenía seis cuando el drama pasó y desapareciste. mis padres se desvivieron buscando un rastro tuyo, pero al fin dimos contigo, estoy muy feliz -suspiró de alegría
-lo siento, no recuerdo nada... no tengo memoria de eso... se supone que debería recordarlo?
-bueno... yo decidí olvidar el secuestro, fue realmente horrible, aunque a veces aún tengo pesadillas con eso... es como si lo volviera a vivir... -dijo con brío -hay muchas cosas que creemos olvidadas, pero realmente no hay nada que no podamos recordar...
-um.... -estaba pensando... de repente le vino una imagen de sangre y cerró los ojos con fuerza para volver a abrirlos cuando Diego habló
-bien, te traje algo que Irina te manda, supuso que lo necesitarías para la cena de esta noche, espera que sea de tu talle, y se disculpa de no haber podido venir, ya te lo explicará mas tarde...
-gracias, dijo aceptando la mochila
-bien, vengo por tí para la cena
-uhh??
acto seguido, Diego le dio un beso en la frente y salió tan rápido como habia venido. Las otras tres chicas, estaban dando vueltas cerca, y entraron tan pronto diego desapareció por los pasillos. muy emocionadas no paraban de repetir a coro cosas apremiantes como "y bien?" "qué te dijo??" "para qué vino??"
Leah no sabía si debería contarles, pero les contó lo más posible omitiendo lo importante. les dijo que había venido para decirle que era bienvenida, y que tenía una cena esa noche con la familia. aseguró que eran primos segundos para evitar más bombas de preguntas..
era apenas pasado el medio dia, y las chicas decidieron salir a pasear... andubieron por ahí y presentaron a Leah como la prima segunda de Diego, todos quedaban impresionados pero nadie puso en duda la historia. Leah conoció todo el campus y se asombró por los campos de condicionamiento físico. definitivamente, le parecería pesado, pero decidió que no se daría por vencida.
El sol se estaba poniendo, y Leah decidió que era hora de arreglarse para la cena, el código de vestimenta poco le preocupaba porque Irina le había mandado lo que usaría esa noche. así que, con curiosidad abrió la mochila y sacó una blusa, una falda, y unos zapatos de piso..
no se preocupó mas que de su cabello, y quedó perfecta, la blusa era color perla, sin mangas y la falda era café, nada corta pero tampoco larga, y los zapatos, cafe. se veía bien, pero no se sentía segura... no se veía como ella, pero por otro lado se veía bien... aún no terminaba de decidir si le gustaba o no cuando alguien tocó y nuevamente no esperó a que le invitasen a pasar.
-hey estas lista?
Leah se había molestado un poco
-qué no puedes tocar como las personas normales-dijo claramente irritada
-bueno, es que no somos personas normales, así que andando ya nos esperan
Leah asintió y salieron juntos, la dirigió al estacionamiento y ahí, le abrió la puerta de un hermoso cadillac convertible plateado. brillaba mucho, y la noche no era ni fresca ni calurosa, por lo que parecía perfecto ir en él.
llegaron a un restaurante en el centro de la ciudad, el restaurante era parte de un hotel, con fachada al estilo del siglo XVII, el mesero los llevó a una mesa ocupada por un trío de cabezas rubias. ahora, se daba cuenta de porqué Diego era tan rubio como era, y se percató de que la muchacha de casi su misma edad, era Irina, la hija menor de la familia Lambarri. Ellos se mostraban muy amables con Leah, se sorprendieron de que hubiese aprendido inglés, y que supiera un poco de francés por lo que dijeron que se asegurarían de que tuviera un lugar en la clase de idiomas (francés) para que siguiese aprendiendo.
Llegó la hora del postre y un comentario llamó la atención de Leeah, no recuerda las palabras exactas pero sabía que había una razón por la cual no daba por sentado que ella entraría a la verdadera milicia.
de vuelta a la aacademia ella no puedo evitar preguntarle,
-diego, a que se refería tu madre cuando dijo "cuando tú e Irina vayan a la universidad juntas..."
-Mi madre piensa que la academia militar es buena, pero supone que querras estudiar algo después, ella no cree que la milicia sea algo apropiado para una señorita...
-Pero... yo no quiero estudiar otra cosa... quiero vivir... no quiero vivir atada a nada...
-supongo que lo sabes...
-¿?
-ésta no es nuestra patria... mi familia viene del norte, de la costa del báltico, y la tuya, según sabemos, la tuya de más al norte... no sabemos si Islandia, o más al norte aún... por lo tanto nadie confiaría en nosotros si nos unieramos a la milicia. no tendríamos buenos puestos... solo esperan que nos graduemos y vayamos a alguna buena universidad como extranjeros...
-bueno, yo no me daré por vencida... -por tercera vez en su vida lo repitio en voz alta, ella no había buscado su pasado, sin embargo, su pasado vino a ella. diego sonrió.
el camino de regreso era muy largo, y como era de noche, la velocidad era menor, por lo que tardarían un poco más en volver. se quedó mirando al vacío y tuvo un sueño extraño
"en el sueño, ella era pequeña, mas pequeña de lo que recordaba haber sido. había un niño rubio de ojos azules, era diego, comprendió. hablaban animadamente y jugaban. pero luego vino la pesadilla. estaban encerrados, unos señores grandes y malos se reían mientras les amenazaban... y diego murmuraba algo, uno de ellos lo abofeteo, y él con una mirada de odio calló. el hombre seguía amenazandolos con palabras y Leah no podía mas que gritar por el niño rubio siendo bofeteado, entonces escuchó las palabras "desaparecer" "muerta" pero diego seguía diciendole que no se diera por vencida, luego después de que dejaron a diego inconsciente, leah fue torturada, pero no era su nombre el que clamaban, la llamaban Laia, o algo que se parecía. pero le quitaron su nombre y la llamaban niña. luego de mucho sugfrir, la llevaron lejos, ella no podía ya hablar y la dejaron frente a un orfanato, con una carta... "
Leah despertó espantada, estaban en el estacionamiento y diego habia terminado de aparcar, ella no hizo mas que murmurar -soñe con un infierno... y lloró
Diego le dijo,
-hey, no tienes por qué llorar... sabes, Lambarri no es mi verdadero apellido ni el de nadie de mi familia... después del secuestro nos cambiamos de nombre, tampoco Leah es tu verdadero nombre, pero... no podemos revelarlo, es peligroso y antes debemos enfrentar al peligro
-entonces mi nombre no es Leah?
-me temo que no...
-es triste... ojalá pudiera recordarlo... -la perspectiva de su vida había cambiado en un solo día. había descubierto que su madre murió al nacer ella, que su padre la entregó a personas de confianza y que la extirparon de aquél núcleo familiar para vivir como una nadie... y ahora todo volvía a su lugar, y sin embargo, no parecía que las cosas estuvieran bien, sino que el mundo estaba de cabeza y que no podría con nada... sin saber qué decir siguió llorando
Diego la abrazó, y le dijo -no temas, ha pasado mucho tiempo pero aquí me tienes.
y otro recuerdo vino a ella... una de las coas que había murmurado y de lo que los secuestradores se habían reído es que diego le había dicho que le prometía salvarla, y que estarían juntos.
Leah reprimió las lágrimas. y extendió sus brazos a él, correspondiendo al abrazo. y el le susurró .-ahora sí cumpliré mi palabra.
Era lunes por la noche. El día, como había presentido, había sido pesado para ella. no es que fuera una debilucha, al contrario, fue de los mejores, pero ella no había estado acostumbrada a tanta actividad físia, y se preguntó si luego de la graduación dejaría de parecer mujer, pero viendo a las novicias mayores, decidió que tal vez no.
La vida de la accademía pasó rápidamente y cuando menos se dio cuenta, ya faltaba poco para las tres semanas de vacaciones de invierno. Ella no sabía que haría, se preguntaba secretamente si se podría quedar en el campus. Entonces fue cuando Diego llegó y sin saberlo respondió a su duda.
-hey, iremos de vacaciones a Helsinki, y tienes que venir con nosotros, no son tan familiares puesto que papá y mamá estarán con nosotros solo una semanna, y luego haremos lo que queramos -dijo emocionado.
Irina apareció y los abrazó a ambos. -hey no es genial, los tres solos en Helsinki por una semana...
Leah miraba horrorizada, ella no recordaba otro lugar que no fuera el orfanato o la academia y se sentía cohibida de solo pensar que irían a Finlandia. la ponía nerviosa... pero, por otro lado deían que era un lugar muy bonito,
-Vamos Leah, será divertido, iremos de compras y visitaremos muchos lugares además allá estará nevando!
El día llegó y Leah tenía muy poca ropa, al menos el vuelo a Helsinki era directo y no muy largo, por lo que en menos de un día ya estaban descansando en el hotel. y al día siguiente Irina y Leah fueron de compras acompañadas de Diego. Él se limitaba a cargar las compras de ambas y no decir nada, aunque hubo muchas bromas, risas, y la pasaron muy bien. al final del día Leah estaba cansada y feliz. ese día había llegado el matrimonio Lambarri.
el día siguiente nadie fue a las suites en todo el día. por lo que al llegar en la noche, todo parecía normal, pero a media noche mientras dormían, un enmascarado se escabulló a la habitación de las chicas y sorprendió a Leah durmiendo. la tomó en brazos pero ella despertó y se resistió. Diego que no podía dormir, y daba vueltas en la cama se sobresaltó al oír un grito ahogado y un estruendo en la habitacion de las chicas. se levantó y salió al pasillo. la puerta estaba abierta y había dos figuras moviendose bruscamente.
Leah había conseguido safarse del agarre de su captor, pero este la amenazaba con matar a Irina, quien dormía sin hacer caso al ruido ahogado. Se había congelado y no sabía que hacer. entonces Diego entró a defender a su hermana, y con su buena lucha dejó inconsciente al enmascarado... entre ambos lo ataron y amordazaron. Sin una mejor idea llamaron a la policia. vinieron dos patrullas, y unos detectives se presentaron. identificaron al intruso como un contrabandista de blancas, y fue procesado. luego del incidente Diego canceló su habitación para dormir en el sofá de la suite de las chicas.
Leah estuvo asustada el resto del viaje, pero nada malo pasó después de eso. La estaban pasando muy bien. Irina se encontró con una amiga en un museo de arte contemporáneo, y decidieron que irían a un spa juntas, invitaron a Leah, pero ella no quizo ir, se sentía más segura si evitaba lugares de ese tipo, y pasaron un día entero juntos.
caminaban en la nieve sin rumbo alguno. Diego estaba contento de pasar tiempo con Leah, pero ella se ponía nerviosa... había dejado de actuar como siempre había actuado, como una chica que no se deja vencer y que tiene bien vistas sus metas, y su meta no era tener algo con diego, pero había algo que la hacía sentirse así.
se sentaron en la banca de un parque y diego se arrodilló, tomando su mano y con la otra callando los labios de Leah cuando intentó protestar.
-Sé que esto es raro pero, sabes, no quiero que este día acabe... luego apreto el puño con el que la habia silenciado, y se paró y siguió caminando. Leah se preguntaba que le podría haer dicho, y nerviosa le presionó
-hay algo que me quieras decir?
-si y no... dijo encarándola, quiero decirte, te lo dije antes y te lo digo ahora, no dejaré que nada te suceda, yo... no pude cuidarte aquella vez y es mi culpa que todo pasara como sucedio yo...
-sh... dijo Leah abrazándole para acallarlo. -no me importa ya... no estaba en tu control, eramos muy pequeños, no pudieramos haber hecho algo para evitarlo.
-pero, verte así, sufrir, tú debiste crecer con nosotros y ser como una hermana más pero en vez de eso yo no puedo evitar pensar en qué hubiera pasado dijo golpeando la corteza de un árbol, haciendo que le cayera nieve encima, la mayor parte, claro. se separaron por la nieve y leah estaba casi seca.
Leah riendo le dijo- eso significa que el hubiera no existe -señaló hacia arriba.
Diego se sacudió y luego la atrajo hacia si, ninguno dijo nada, los dos sabían lo que sucedía. pero no querían decirlo... era diferente para ambos; para Diego, el no debería encontrarla tan hermosa, en especial después de que para todos eran primos, y para Leah, el sentimiento era confuso, algo que no recordaba haber sentido. pero se sentía segura y apoyó su cabeza sobre el pecho de él, y este le acarició sus largos cabellos, así la tarde acaeció y fueron de regreso al hotel antes de que Diego se enfermase.
Leah se preguntó por mucho tiempo cual sería su verdadero nombre... "Laia... ese nombre es de por estos rumbos, había una laia en el orfanato..." después de esas vacaciones tuvo poco tiempo para sus "familiares" pero no por eso dejaron de llevarse tan bien como lo hacían.
Se veían poco durante clases, y ella se sentía confundida respecto a Diego, y también se preguntaba cuál sería su verdadero nombre...
las semanas pasaron y pronto tendrian dos semanas para los torneos deportivos de primavera. No todos podian participar, especialmente porque se recibían competidores de otras escuelas militares, por lo que había una actividad campista que duraba dos semanas enteras junto al lago. Por supuesto Diego estaba en el equipo de Basketball, y no solo eso, sino que era el capitan. Leah era parte del equipo de voleyball, su fuerza y agilidad eran extraordinarias, y la entrenadora se había encargado de enseñarle las técnicas por los métodos tradicionales*, e Irina se quedaba como parte de las porristas.
Los campistas estaban por salir, y dos de las compañeras de Leah, Giana y Mia se iban... dejando el espacio para otras deportistas. Aylin era parte del equipo de Leah, por lo que se sintieron seguras cuando decidieron no separarlas. y diario tenían el doble de periodos libres.
La primera tarde libre, Leah la aprovecho para escaparse debajo del sicómoro, y leer. pero se vio interrumpida por alguien... Diego se quedó parado mirándola.
-hey -dijo sentandose
-ummm.... espera un segundo -terminó de leer el parrafo de su libro, y puso un marcapáginas.
-Leyendo?
-Si, había tenido muy poco tiempo, en el orfanato solía pasar dias en la inmensa biblioteca... a veces acababa un libro en un dia.
-me sorprende, es definitivamente algo que no sabía de ti... -tenía un deje de tristeza, porque le parecía que debería de haberlo sabido.
-hey, no te pongas así, también hay muchas cosas que no se de ti, y no me pongo nostalgica
-bien... eso espero, me gustaria saber más, y es por eso que he venido hoy a conversar
bien y de qué quieres que hablemos?
y siguieron hablando hasta que se acerco la hora de la cena, y fueron, no fueron interrumpidos por nadie, pero muchos les miraban con curiosidad renovada, es como si fueran una parejita...
Leah cayó en la cuenta y disimuladamente se lo explicó a diego cuando este preguntó
-hey, recuerdas que somos primos cierto?
-que?
-bueno, Irina y yo dijimos eso para que no preguntaran por mis padres, así que... nadie puede sacar conclusiones apresuradas sobre nosotros, pero también es necesario evitar infundarlas con conductas como esta...
el entendio perfectamente, y el cambio no fue brusco, pero si cambiaron el tono de su conversación. pese a ese esfuerzo corrieron rumores muy mesquinos sobre ellos.
Militar o no, era una escuela, y las escuelas estan llenas de chismes, por lo que no estaban exentos de las habladurías en especial si han sido vistos hablando de una manera un tanto íntima, era natural que algo así sucediera, pero no contaban con la reacción de Irina.
mientras estaban en el cuarto, descansando y hablando, Irina llegó muy enojada y corrio el cerrojo.
-por qué demonios me tengo que enterar por rumores que ustede dos se quieren?
- nadie tenía porque contaroslo... -dijo diego evadiendo
-eso no importa! que como me entere no tiene nada de importancia... me preocupa que no me lo hubieráis dicho!
-mira... no se de qué estáis hablando... -dijo leah confundida... Irina se irritó aún más
-los rumores dicen que vosotros dos sois pareja!
Leah quedó en blanco. era eso lo que se suponía que sentía? porqué no lo contradecían?
-bueno... yo... no se lo que... quiero decir, no se cómo es eso de una pareja.
Diego e Irina no podían dejar de mirarla perplejos. quizá era muy inteligente para algunas cosas, pero muy ingenua en otras...
-Si, bueno, sé por qué hay parejas pero... no lo entiendo del todo...
-qué es lo que hay que entender? -dijo diego exasperado, el habría jurado que ella entendió sus sentimientos en aquellos ciertos momentos que pasaron solos, y parecìa que nada màs en el mundo existía?
-Chicos, no creo que deban discutir su vida amorosa frente a mi... además no pueden dejarse ver en público de esa manera... recuerdan que son primos verdad? -Irina estaba incómoda
-Bien, pero porfavor explicale... -dijo Diego rindiéndose, se levantó y se fue a dar un paseo para pensar.
Se subió al mismo árbol donde hace unas horas estaban charlando. ¿porqué leah se haría la tonta? ella misma le había dicho que no actuaran así para no llamar la atención pero ¿ahora ella no entendía de parejas?
-estará loca... -dijo al final.
se acostó sore una rama, y cerró los ojos. Lo había negado pero seguía recordándolo todo, todo lo que sucedio antes del secuestro. los buenos momentos que pasaban juntos. Una vez ella se perdió en el centro comercial y el la encontró en el pasillo de los baños, apoyada sobre la pared abrazando sus piernas... siempre que ella estaba en algún peligro él saltaba a la acción, siendo un niño o incluso en esos momentos, en los que no sabían qué esperar de aquél enemigo invisible que los acechaba. ¿acaso esa persona no tenía nada mejor que hacer? ¿por qué no les dejaba en paz?
suspiró.
"supongo que la respuesta estará en mirar al pasado, Leah, aunque no quieras, tendrás que hacerlo..."
se paseó un rato más y volvió a su propia habitación. Ésta era parecida a la de las chicas, pero los colores eran verdes y azules en vez de rosas y morados. Alguien se las había arreglado para que las habitaciónes no fueran idénticas a las de una verdadera base militar. claro que ellos eran educados para estar en los altos mandos, los educaban en lo posible para que estuvieran mejor preparados, naturalmente no podían dejar atras el lujo. Los compañeros de Diego estaban dormidos menos Ivan, quien al parecer tenía un dilema amoroso otra vez.
-hey -susurro diego - necesitas hablar?
Iván entornó sus ojos a él y asintió. ambos salieron y se sentaron sobre la hierba del jardín
- ¿cómo es posible que me engañara? -dijo Ivan desesperadamente. Él había estado enamorado de su novia, con la que increíblemente había durado más de seis meses.
-no lo se amigo... -dijo diego desanimado. Tenía sus propias razones para sentirse así, era obvio que había algo entre él y Leah, incluso desde pequeños, cuando eran inseparables. Pero en esos momentos el no entendía por que ella decía que no entendía de parejas, y se dio cuenta que tampoco entendía mucho más que ella. -¿cómo saber que de verdad hay algo ahí? -le espetó al viento.
después de un rato, Ivan alzó la cara, que había tenido enterrada entre sus manos, tenía una mirada descisiva en ella, y posterior al pesado silencio dijo -no es que lo sepas, es que lo sientes, y puedes ver que ella también lo siente.
-ohh -Diego estaba impresionado. Claro que tenía razón, él sentía algo por ella, y podía ver que ella lo sentía también por él. - pero yo no entiendo de parejas -repitió las palabras de Leah
- No hay nada que entender. Si dos personas se aman, se aman. y está o no está. pero todo se complica por una traición...
- traición? te han engañado?
- eso creo... llegó un gilipollas a decirme que estaba con mi novia, que era la razón por la que ella dejó la academia...
-Yo no creería una historia así, a menos que ella misma lo dijera, y cómo dices podriáis ver si lo siente así o si está mintiendo...
- yo tampoco, es por eso que estoy tan... tenso -dijo al fin..
-venga, venga, que mañana tenemos el partido más fuerte de la temporada. no hemos perdido y no perderemos. Concentrémonos en eso en vez de nuestros vagos problemas amorosos
-Diego, es que acaso tienes novia?
- no exactamente, porque todo es complicado -sentenció. realmente esa charla le había venido muy bien. ahora entendía muchas cosas que le exasperaban, porque creía entenderlas, pero en esos momentos ya era diferente.
Irina había intentado explicarle diciendo
-no hay nada que entender... Diego y tu se quieren de esa manera y es lo que todos ven -había intentado explicarlo de mil maneras diferentes y al fin había una chispa de entendimiento en ella
-Ea! ya entiendo, es como eso de novios no?
-exacto -dijo frotandose el puente de la nariz, ¿por qué no había ido al grano desde el principio?
-bien, entonces... ahh ya, es lo mismo que le quise decir a diego... todos nos miran como si fueramos el nuevo drama de la academia...
-al fin entiendes, pero más importante... ¿es verdad eso? ¿se quieren de esa manera?
-supongo, te digo que no lo entiendo como una experiencia que haya tenido...
-te gusta?
-si... -dijo sonrojándose
-ves? le quieres... y qué suerte la nuestra -dijo aquello último por lo bajo.
El torneo deportivo fue duro para todos. Leah y Ailyn compartirían la habitación con dos de sus contrincantes. y para suerte de Diego, quien compartía habitacion con tres miembros de su equipo, no había sacrificios cotidianos.
Giana y Mia, eran muy unidas, pero no eran tan campiranas como uno podría pensar. eran fuertes, sí, pero odiaban dejar el lujo de una ducha para bañarse con valdes de agua de río.
La inauguración fue ostentosa y formal. como debía ser. pero apenas se acabaron los discursos todos los jóvenes iban directo a lo que tenían o a lo que querían hacer. al equipo de voleyball de la academia, le tocaba el primer partido con el equipo de otra academia, que estaba al otro lado del país, la academia de Cartagena, eran siempre los más fuertes, y tenían de dos a tres encuentros cada año.
La academia de Vizcaya, estaba orgullosa de ser sede. y no perderían porque ahora tenían a una chica más, y no solo era una novata sino una primeriza. era fuerte, ágil y tenía un salto increíble. no importaba que no midiera más de 1.68, porque tenía mucha fuerza, y no es que todas las españolas fueran más altas que ella, pero a todos les preocupaba que hubiera alguna grandulona por ahí jugando, cosa que no sucedió.
Diego al tener el periodo libre, fue con sus compañeros a ver el partido de las chicas, cuando ganaron, woow todos los de vizcaya estaban muy contentos... exepto el equipo de cartagena, se lo tomaban en serio y se sentían cada vez más presionados por no perder.
Leah daba lo mejor de sí, y se notaba. luego de una hora de descanso, era el turno de Diego. ella le dijo que le estaría apoyando. y eso hizo.
por la noche había pura fiesta y celebraciones, cosas que normalmente estaban prohibidas eran permitidas, y todos aprovechaban
Leah era acomedida por los muchachos de otras academias, y, a diferencia de los locales, estos no desistían a la primera negativa. Diego los alejaba, haciendo el papel de hermano mayor, pero ya todos en la academia figuarban que no eran parientes cercanos. Y esa información se filtraría a su enemigo invisible.
Todo iba de maravilla, pero uno de esos días que leah escapaba para estar sola, (extrañaba esos momentos para leer y pensar por si misma) se encontró con un mensaje escrito con algún líquido rojo. que decía
"Alejaos uno del otro o sabréis de lo que soy capaz de hacer"
estaba escrito vilmente sobre las páginas del libro que leía. definitivamente no podría seguir leyendolo. lo dejó caer al lado de su cama y salió corriendo. Había un lago cerca y no paró hasta que estuvo a punto de sumergirse en él. encontró una roca y se sentó en ella a esperar. el día era nublado y algo frío. y ella decidió ir a un lugar al que nunca había ido, así su enemigo invisible no la encontraría y ella estaría lejos de diego...
Diego, había intentado convencerla antes de ir a la celebración de la noche... y ella a regañadientes había aceptado ir. pero ya se acercaba la hora y no sabía nada de Leah, por lo que cabe esperar, comenzó a preocuparse.
Le preguntó a todo el que sabía que la conocían de vista. y nadie supo decirle nada, salvo que la habían visto camino a los dormitorios. Desesperado entró al HAF07 y se dirigió al D25, en el segundo piso, y encontró la puerta abierta, todo lucía normal hasta que se fijo en su cama. a un lado de ella había un libro descuidadamente tirado. lo levantó y vió algo rojo entre sus páginas. lo abrió y descifró el mensaje "Alejaos uno del otro o sabréis de lo que soy capaz de hacer" horrorizado le entró aún más la urgencia de encontrarla. pero no se decidía que hacer, y no sabía a quien decirle. Irina se encontraba ocupada animando a los equipos de las otras disciplinas de vizcaya, por lo que no tenía a quien pedirle ayuda o consejo, alguien que supiera toda la historia.
Compungido, sacó su móvil y llamó a su madre.
-madre... -dijo acomodando las palabras en su mente
-Hola Diego, sucede algo? -se escuchaba preocupada.
-algo terrible ha pasado
-que pasó? está todo bien?
-Si, lo estaba pero ahora... ahora todo está de cabeza
-naturalmente les molesta compartir habitación con los cadetes de otras academias?
-no, madre no es eso -dijo en tono sombrío - es sobre Leah.
Le explico rapidamente la situacón, que habían quedado de ir a una celebración esa misma noche y que Leah no había aparecido, busco en su habitación y le relató lo que encontró. leyendo para ella la leyenda de amenaza.
-Tienes que apresurarte y buscar en un lugar donde ella no haya estado antes, quizá fuera de la academia, lo cual es una estupides tomando en cuenta el peligro que hay afuera para ustedes.
Diego pensó y pensó. pero sin perder tiempo se enfilo a las afueras de los territorios de la escuela y distinguió el lago. Claro, tenía que haber ido a algun punto visible para no perderse. tardo media hora en llegar, y vio una figura sobre una roca, que abrazaba sus piernas. estaba absorta mirando a las calmadas aguas mecerse con el movimiento suave del viento.
-bien, me has dado un buen susto. no tenías por qué huir.
-si tenía... -dijo con un dolor en su voz
-claro que no, yo estoy aquí para cuidarte...
-No. sé cuidarme sola, y... -dudaba si seguir o no hablando
-...y le haras caso a la advertencia?
Leah entornó sus llorosos ojos a él, era obvio que sufría por la decisión que había tomado, pero aún dudaba si era lo mejor.
-no importa. si queremos saber quien es el enemigo... aunque no te guste debemos investigar lo más que podamos sobre tu pasado. sé que preferirías seguir adelante, pero es necesario...
-Oh... esto es horrible... dijo al fin ella. Diego se acercó y la rodeó con sus largos y fuertes brazos, la cargó y se dirigieron de vuelta a la academia.
Por más delgada que fuese, Leah pesaba lo suficiente como para que Diego se cansara de un momento a otro, a mitad de camino del lago a la academia, ella notó el cansancio en la respiración de él y se bajó, decidiendo que quizá caminar sería mejor. cuando se bajó, diego se tomó un tiempo para recuperar el alientol, y se las arregló para hablar
-quieres hablar sobre...?
-Yo... no sé qué pensar... esto es alarmante, no es que me sienta débil, pero esto acaba con mis fuerzas, toda la vida he luchado para no rendirme, y ahora me siento oprimida, como si alguien no quisiera que siguiera adelante, aunque lo intente, no podré seguir adelante... y tendré que mirar un pasado que no recuerdo y no quiero recordar.
-no importa si lo recuerdas o no... la pregunta es ¿por qué no lo quieres recordar?
-porque temo encontrar algo que sea terrible... quizás sea hija de algún dueño de la mafia caído y su competidor va tras de mí para completar su fina venganza... qué sé yoo?
-Bueno, no te puedo asegurar que te guste, pero sé que no hay nada deshonroso en tu pasado. Solo hay cosas que no son entendibles.
-no entiendo... ¿sabés quienes fueron mis padres?
-Si y no. Sé quienes fueron pero no les conocí... mis padres eran muy unidos a ellos, pero algo pasó... cuando yo era pequeño había poco contacto entre ellos, por lo que sólo me enteré de ellos cuando llegaste a vivir con nosotros. Sé que tu madre murió y que tu padre estaba... no te lo podría explicar pero estaba en el borde de un abismo. por varios meses iba a verte y te traía ropa y regalos, pero las cosas cambiaron tanto que tampoco lo entiendo
Leah se quedó pensativa. "mi madre murió cuando nací.Mi padre prefirió abandonarme por alguna razón, pero no me abandonó del todo... y ahora alguien quiere vengarse de mí, pero no entiendo qué es lo que busca"
De regreso a la academia, Irina estaba muy enojada, pero ya menos agitada, puesto que le había pasado un buen susto, Irina estaba vestida para la ocasión, pero Leah seguía con aquél uniforme deportivo, le sentaba muy bien, la mini falda y la playera, pero desgraciadamente no es algo que una chica llevaría a una fiesta, donde todos eran hijos de gente con dinero. Irina les dejó solos y ellos prefirieron pasar de la celebración de aquélla noche. Él la acompañó a su habitación y se quedaron sin habla, Leah tenía miedo de quedarse sola, pero era evidente que no era buena idea quedarse juntos. Ella estaba a punto de aceptar su soledad cuando Diego se abrió paso detrás de ella y se sentó en la cama de Ayleen.
-bien, me quedaré hasta que llegue Ayleen.
-no puedes, te echará algún vigilante.
-eso poco importa, no me ha visto nadie, además es más importante que no te encuentres sola, podría ser peligroso.
-Humm.... -Leah se durmió aún con el uniforme puesto, se veía muy bien, pero Diego no podía dejar de sentirse inquieto, no quería irse, pero no podía quedarse, por lo que se le ocurrió meterse bajo la cama de Leah, así nadie le vería y estaría cerca de ella si algo ocurría.
se quitó la sudadera y la usó de almohada, se quito los zapatos y los puso a su vez debajo de la sudadera. ya acomodado y acurrucado quedó dormido en ese hueco.
A la mañana siguiente, se despertó, se dio un ligero y sordo golpe con la base de la cama de Leah, y desorientado le costó unos cuantos segundos en recordar lo sucedido la noche anterior. Se arrastró para salir del hueco, y se percató que Ayleen dormía placidamente en su propia cama, tambien otras dos chicas que no conocía. Se rascó la cabeza, perturbado por la ausencia de sus compañeras habituales. Se fijó en la cama de Leah, y estaba vacía. Una nueva angustia se abrio paso a su corazón, no podía creer que ella no estuviera ahí,,, quizá había salido a desayunar, pero era extraño que no se diese cuenta...
Intentó salir de la habitación lo más silencioso que pudo, sin ponerse los zapatos. Cuando abrió la puerta cautelosamente, se fijó si habría algún guardia scerca que le sorprendiera saliendo de una habitación de chicas, por suerte no había vigilante... "Extraño que anoche no hubiera un vigía y ahora tampoco... algo ha de estar pasando" pensó.
Lo primero que pudo hacer era regresar a su propia habitación, tomar una ducha y cambiarse. Lo hizo muy rápido que apenas y se peinó. salio disparado a los comedores en busca de Leah. Le preocupaba que de nuevo hubiese hecho una visita al lago, donde era algo peligroso. Pero mientras caminaba por los caminos entre los edificios del silenciado campus, un zapato cayó en su hombro. era un tenis deportivo que conocía muy bien, miró hacia arriba y sólo pudo divisar un par de bien formadas piernas, a una le faltaba el tenis, y la rama en la que estaba la chica era tan gruesa como para que de esa forma pudiera apoyar su espalda y su cabeza sin ser visibles, pero Diego ya había adivinado que se trataba de Leah. Claro, era el lugar perfecto luego de que varias veces él la había interrumpido en sus intentos por estar sola. Con trabajos subió de rama en rama hacia donde estaba ella. Llevaba su zapato tomado de las agujetas y este se tambonaba cada vez que se aferraba a una nueva rama.
Cuando al fin alcanzó la rama donde estaba la chica, la encontró dormida con un libro abierto sobre su pecho, y sus manos descanzaban encima. No era la primera vez que la encontraba durmiendo después de leer la primera mitad de algún libro (una costumbre de Leah) pero bajo las difusas sombras y rayos de sol matutino, su rostro embargado por la inconsciencia y cierta paz, le hizo estremecerse. Ella era hermosa e inteligente, pero era consciente de que ahora mismo se hallaba en algún dilema interno. "Ella no buscaba su pasado, pero su pasado la busca a ella" pensó sombríamente.
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